Prólogo

366 25 4
                                    

Chloé.

Mi corazón se aceleró a tal grado que estaba muy segura de que iba a explotar dentro de mi pecho en cualquier momento. La razón de esa horrible sensación fue ver a mi hijo Adam llorando a gritos, debido a un trozo de vidrio que tiene incrustado en su pequeño brazo mientras su sangre no deja de salir.

No perdí tiempo para llevarlo al hospital y que fuese atendido correctamente, después de eso llegó Kim para preguntar muy preocupado por el estado de nuestro hijo a lo cual le dije todo detalladamente.

Después de un par de horas, la doctora que revisó a Adam dijo que su herida no era profunda, ella permitió que lo llevaramos hoy mismo a la casa y así lo hicimos.

- No sabes el terror que sentí al verlo así en el suelo, pensé que iba a morir.- Dije con mi pequeño en brazos dormido mientras le acarició su espalda. La verdad después de esto estuve más al pendiente de Adam de no dejarlo solo ni por un segundo.



























- ¡Kim ya te dije que solo se acercó para preguntarme la dirección!-

Él volvió a golpearme, siempre se pone celoso por cualquier cosa que yo haga y no lo entiendo.

- Sé muy bien la clase de zorra que eres, no puedes engañarme no a mí, y escúchame bien.- Me agarró fuerte, muy fuerte por mi brazo.- Tú vuelves a hablar con algún otro hombre y te prometo que no volverás a ver a Adam.

- ¿Qué estás diciendo?

- ¿No me oíste? No volverás a ver la linda cara de tu hijo jamás.- Me soltó y se fue dejándome sola...

No sé en qué momento todo cambió entre nosotros...






Esa misma noche, Kim volvió a enojarse porque me escuchó y vio reír agarró mi celular y lo lanzó contra el suelo y lo pisó hasta romperlo después me agarró por mi cabello y me obligó a levantarme de la cama mientras me insultaba sin detenerse.

- ¡Kim ya!

- Ya me tienes cansado.- Me tiró sobre la cama y después se dirigió a la cuna donde se encuentra Adam durmiendo, y me miró lleno de enojo.

- Kim...- Llevó su mano a la mesa de noche agarrando así un cúter del cual subía y bajaba la afilada hoja que este escondía en su interior.
- ¡Kim por favor!

- ¡Si te mueves!- Guardé silencio.
- Cortaré su pequeño cuello y me conoces, sabes que si lo haría.

- No puedes, es tu hijo.

- ¿Crees que no? Después de todo
él nació de una zorra.

- Te lo suplico déjalo ya.- Mi corazón latía tanto que mis lágrimas empezaron a caer sin darme cuenta.
- Por lo que más quieras, no lo lastimes
¡Por favor!

- Acércate.- Le obedecí aunque eso me costara la vida, su mano se situó en mi cabello y me obligó a ver a Adam, Kim no le hizo nada aún..

-¿Puedes imaginarte como se vería Adam con su cuello abierto, sin ojos?
O con la lengua separada de su boca?
O mejor aún, con sus labios cocidos-

En un intento desesperado por salvar la vida de mi hijo, empujé fuerte a Kim pero él rápidamente se pudo levantar y regresó a mí sin ningún problema, eso no evitó que yo recibiera una patada en mi vientre por su parte, patada que me dejaría en el suelo sin oxígeno y muy débil, con la incapacidad de poder moverme o respirar normalmente, sin poderme levantar incluso sin voz quedé.

Yo solo miraba a Kim y a los pocos segundos oí un llanto que paralizó todo en mi interior. Miré con cuidado.

- Ya no se mueve, ahora estarás con tu pequeño animal en el otro mundo.-.....

















Él no le hizo nada, todo eso lo hizo con el único objetivo de meterme miedo y lo ha logrado, ahora no puedo confiar ni en el propio padre de mi hijo, Adam no estará seguro con Kim él no lo quiere.

- ¿A dónde vas vestida así?

- La leche de Adam se acabó asique iré a comprarle más-

Me interrumpió de una bofetada que me hizo apoyar mis manos en la mesa de la cocina.

- No soy idiota, claramente se ve que vas a meterte con otro hombre por eso la noche que rompí tu celular te estabas riendo
¿No? Zorra.

- No Kim, no es así-

Me golpeó y está vez fueron varios golpes seguidos y bastante fuertes, de milagro no me ha matado.

Él salió después de haberme agredido física y verbalmente, yo me quedé en el cuarto que compartimos con nuestro hijo y lo miré fijamente dormir tranquilamente, recordando todos los maltratos y amenazas de Kim desde que empezamos a ser novios hasta ahora. Acaricié su suave cabello rubio mientras una lágrima resbalaba por mi mejilla.

- Tu padre no nos quiere cariño. .- Le dije ya sintiendome rota por dentro, definitivamente nunca pensé que Kim sería capaz de hacernos tanto daño. Antes de que fuéramos novios él no era así, ahora lo desconozco completamente es cómo sí me hubieran cambiado al tierno y cuidadoso Kim al que conocí y del que me enamoré.

- Lo dejaremos, nos iremos de su lado para siempre no pienso arriesgar mi vida y mucho menos la tuya estando cerca de él.- Digo quitándome las lágrimas y ahora con una expresión de seriedad, guardé lo que pude de mi ropa y también de mi hijo en una maleta medianamente grande y también su biberón, chupete y cosas así que él necesita, la leche se la compraré en el camino al menos lo alimenté bien antes de que Kim se fuera.

Una vez que terminé todo, y preparé a mi hijo me dispuse a irme y cuando salí me encontré a Kim parado mirándome.

- ¿A dónde vas?- Agarré fuerte la maleta y también a mi hijo.

- Me iré lejos Kim, muy lejos de ti en dónde nunca puedas saber de mí ni de mi hijo.

- ¿Crees que los dejaré irse tan fácil?

- No te atrevas a hacernos algo, porque no sabes de lo que soy capaz.

- ¿Qué puede hacerme una zorra cómo tú?

- No te gustaría saberlo y será mejor que no intervengas más.- Pasé por su lado y me lanzó una mirada llena de odio y sumado a eso pareciera que quería matarme pero aún así no movió un dedo.

Pude irme y dejarlo creí que nunca podría hacerlo y que mi vida y la de mi hijo estarían atadas a ese monstruo. . . .










Por Él [En corrección] Lukloé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora