Por Él [En corrección] Lukloé.

Capítulo 8

Chloé

Mi corazón late tan rápido que siento que en cualquier momento se saldrá de mi pecho, un escalofrío recorre mi espalda. Éstas horribles sensaciones son causadas por Kim él está parado delante de mí y sostiene a Adam en sus brazos.

- K-kim...

- Veo que eres muy feliz  sin mí Chloé.

- Deja a Adam ahora.

- ¿Acaso no puedo estar con mi hijo?

- ¡Dije que lo dejes! Aléjate de él o soy capaz  de hacerte lo peor.

Él deja a mi hijo sobre la mesa del comedor, entonces viene hacía mí y me agarra por mi pelo y mi brazo y a la fuerza me lleva hacia aquella mesa me suelta y enseguida agarra un bisturí luego con su otra mano libre apoyada encima del abdomen de mi bebé comienza a cortar su cuello causando que empiece a perder mucha sangre, sangre que también sale por su boca.

Y-yo realmente no puedo decir nada, solo veo eso estando completamente inmóvil y después veo como entierra la hoja del bisturí en el abdomen de mi bebé haciéndole un corte recto luego lo deja a un lado y con sus dos manos separa ambos extremos de la piel dejando expuestos los órganos de Adam mi cuerpo no quiere reaccionar, no responde me quiero mover pero no puedo.

Mis lágrimas caen al ver lo que Kim le ha hecho a mi hijo. Su sangre mancha su
pañal y todo lo que está cercano a él.

Kim tiene una sonrisa de orgullo y felicidad en su rostro como si lo que acabara de hacer fuera algo por lo que alegrarse o festejar.

- A-A...Adam...

Apenas puedo pronunciar su nombre.

- No pudiste proteger a tu hijo como tantas veces me haz dicho, míralo ahora míralo bien.

Agarra mi rostro y me acerca a Adam haciendo que lo mire mejor pero
eso solo me destruye más el corazón y me hace sentir peor.

Ver su cuerpecito así, que su padre haya sido quién haya acabado con su vida.

- Su-sueltame, ¡Sueltame ya!
¡DÉJAME! 

- Eres una mala madre Chloé no fuiste capaz de proteger a tu hijo y ahora mira
lo que le pasó no lo supiste cuidar.

- No, no es cierto, ¡Eso no es cierto!
¡NO LO ES!

Mis piernas pierden firmeza y me dejo caer lentamente hasta sentarme de rodillas en el suelo, apenas veo los pies de mi bebé colgar desde la mesa manchados de su sangre.

- Adam no, no mi bebé.. tú no por favor
mi niño no puedes estar muerto
¡NO PUEDES!

Solo recuerdo el momento en el que me dijeron que sería un niño en el ultrasonido
y mi corazón más se rompe, cuando nació y lo tuve entre mis brazos por primera vez, cuando sentí su pequeño y frágil cuerpecito y ví su rostro.

Me agarro mi cabeza mientras lloro con más intensidad. Ni siquiera pude moverme para que Kim no acabara con su vida.

- ¿Te duele su muerte no es así?

Me pregunta Kim en un tono que realmente me hace enojar, suena feliz por la situación.

- Cómo pudiste matarlo, cómo Kim
¡ES TU HIJO MALDITA SEA!

- Porque te odio, y no soporto que me hayas dejado y quería darte en dónde sabía  que más te iba a doler, en tu hijo y sí, también es mío pero no lo quiero para nada.