Capítulo 1: Deseo

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Narrador

El día de Alli comenzaba con como cualquier otro, lo básico, se levantaba de la cama después de una noche de maratón de películas hasta las 12 o 1 de la noche para después tomar una muda de ropa de su armario y dirigirse al baño darse una ducha de baño caliente; una vez tomada su ducha y haber se arreglado un poco salio de su recamara para después bajar las escaleras que conducían al primer piso y dirigir se a la cocina para preparar se su taza de café con leche como todas las mañanas.

-vaya, despertaste temprano hoy-comentó su amiga Joanna mientras dejaba dos platos con comida en la pequeña mesa redonda que había en la cocina.

-tu sabes que cuando el clima está lluvioso me gusta aprovecharlos lo mejor posible, aparte hoy pedí trabajaréo tiempo extra en el bar,total me lo van a pagar -

-Espera que!?...oyeee- berreo con algo de puchero- no es justo, es tu cumpleaños deberías darte el día libre, tu siempre has dicho que pele por mis días libres o vacaciones en mi trabajo y me vas a decir que tu no haces lo mismo? -

-tu sabes que mis cumpleaños no me gustan Joan pero sinceramente no me molesta, como dije me lo van a pagar cosa que contigo no hacen-

-si, si ya se pero quería aunque sea hacer te una pequeña fiesta con los demás-

-no es necesario-tomo asiento en una de las sillas que había alrededor de la mesa con su taza de café para después dar le un bocado a al desayuno había preparado su amiga acción que ella repitió-

-Que no es necesario? A ver, a ti te gusta festejar le a los demás pero a ti no te gusta que te festejen?!...-siguió insisten.

-te lo eh dicho mil veces Joanna no me gustan mis cumpleaños y ya sabes por qué razón-

-mmm...-se cruxo de brazos-Bueno, entonces le voy a decir a Alexander que no venga -desanimada tomo su celular para mandar le el mensaje a su amigo diciendo que se pos pondría todo.

-Hey! -se levantó enseguida para intentar quitar le el celular a su amiga cosa que no resultó-Noooo, que si venga por favor - suplico para después quitarle por fin el celular de las manos.

-no porque ya no vamos a hacer nada entonces, ya que no quieres...puedes devolver me mi celular - replicó mientras le quitaba el celular.

-Ash, está bien, está bien tus ganas - solto un suspiro de derrota.

-...enserio!? O nada más estás siendo sarcástica? -

-no, hablo enserio -

-Entonces si hago la fiesta!? -dijo levantándose de su asiento con entusiasmo -

-hey hey tampoco, solo les dejaré comprarme un pastel, hacerme una pequeña comida o comprar la y será todo... No quiero fiesta-

-ow...-la pelinegra tomo nuevamente asiento algo desanimada- bueno, bueno algo es algo a que no celebremos nada.-

-Así es y di gracias por eso-

-Gracias~-sonrió con entusiasmo de manera juguetona

Cuando ambas terminaron su desayuno se alistaron para después tomar ambas su rumbo cada quien a sus respectivos trabajos.

El día de la castaña en su trabajo recurría como todo los días, preparar bebidas, limpiar mesas, verificar que no falte nada del estante y tener que lidiar con chicos que solo la buscaban para "coquetear" pero realmente tenían la intención de conseguir algo más algo que a ella no le interesaba en lo absoluto y le irritaba también, ya que a ella no le gustaba que la buscarán para algo así o creyeran que era como sus compañeras de trabajo que al primer alago abrían las piernas, ella prefería ignorarlos y rechazarlos más por el hecho de que su corazón lo tenía fracturado y solo lo llenaba con bellas fantasías de como sería su vida si estuviera con su personaje favorito al cual ella suele llamar el amor de su vida con tal de no sentir ese vacío en su pecho, más que nada para sentir cómoda ya que su entorno no era muy interesante...siempre era mirar y limpiar el mismo lugar con su iluminación algo tenue con esas mesas y barra de caoba que suelen ensuciar se más de lo normal, las paredes de color crema que siempre tenían colgado fotos, posters y uno que otro recorte de períodico de algún suceso importante enmarcado que a ella le aburría con tan solo leer el primer párrafo seguido de la música que era lo único bueno del lugar ya que la mayor parte del tiempo se reproducían música de la época de los 80s a 2000, clásicos que ella le gustaba y por último era siempre atender a hombres de máximo 30 a 40 años que intentaban olvidar sus problemas con un trago o solo buscaban pasar un rato de tranquilidad que eran un poco más respetuosos a comparación de los chicos de 18 a 25 que solo iban a coquetear con las meseras.

Dream realityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora