La semana había pasado en un abrir y cerrar de ojos, el fin de semana acercándose.
Me encontraba en la clase de historia de la Profesora Guerrero escuchando una historia de su vida, antes de eso estaba hablando sobre las biomoléculas hasta que en algún punto, menciono algo referente al tema que le hizo recordar alguna anécdota de su vida.
Siendo honesta; por mí que contara hasta como nació, mientras no tenga que hacer tarea.
Tus ganas de estudiar me impresionan.
Estaba mordiendo la parte interna de mi mejilla mientras repiqueteaba mi pie sobre el liso suelo del salón, mi cabeza apoyada a mi puño mientras observaba como la profesora contaba con suma energía una telenovela hablada de su vida.
Una parte del alumnado se hallaba frente al hablante pendiente del cotilleo, la miraban y seguían el ritmo de la conversación como si de la mejor historia tratase. A mi lado estaban otro grupito amontonado que había formado un círculo de chismorreo con los pupitres, aprovechando que la profesora estaba en medio cuento.
Algunos si prestaban atención a sus relatos indagando más en este con genuina curiosidad mientras la otra parte no paraban de hacer preguntas al azar para que siguiera hablando y así evitar que diera tarea.
Yo era la única que no chismoseaba con los demás, que estaba pendiente de la vida de la profe, o que evitaba que pusiera tarea. Yo solo estaba haciendo garabatos en mi cuaderno esperando pacientemente que ya se acabara la hora y pudiera salir de aquí de una buena vez.
Veo una vez lo que hecho y he puesto un corazón con la inicial de Miles y mía. Sonrió momentáneamente y al segundo la cambie por una mueca de disgusto ante lo que acabo de hacer, ¿Qué mierdas acabo de hacer? Esto no es de rockstars.
Cierro el cuaderno siendo consciente de que escribió varias insinuaciones de Miles y yo juntos, maldita sea.
Mis sentimientos por Miles se estaban convirtiendo en verdadero dolor de cabeza era insoportable, irritante y desesperante que mi cuerpo reaccionara de ciertas maneras hacia él.
Y no, no como están pensando. Sucios impuros.
Cada que lo tenía cerca mi piel se erizaba, cuando sonreía hacia mí con sus hermosos labios rosas mi corazón daba un vuelco, cuando me abrazaba o se acercaba a mí. Me sentía tan patética al reaccionar de tal manera que me daba lástima yo misma.
Así se siente el amor.
Pues, ¡que mierda es el amor!
Vuelvo hacia mis compañeros derrotada ante mis pensamientos, oyendo atentamente sin dejar escapar ninguna palabra que brotaba de profesora en un intento desesperado de que no hiciera nada y tuviéramos un fin de semana libre y tranquilo.
Esto algo repetitivo, cada que la profesora se ponía modo "telenovela" - lo cual era casi seguido - mis compañeros se empeñaban en seguir preguntando sin que le importase una pizca de su vida para poder librarse de la tortuosa tarea.
No obstante, sin falta cada vez que su materia nos volvía a tocar nos daba la sorprendente noticia - énfasis en sorprendente - de que asignaría el doble de tarea dada la razón de que no coloco la vez anterior ganándose de parte de los estudiantes quejas y muecas de disgusto.
Era estúpido ya que, ellos mismos se lo buscaban por chismosos y moscas muertas. Recuerdo aquella vez en la que un estudiante hablo y se quejo del doble de tarea asignada alegando que no era culpa de ellos ya que ella empezó algún relato de su vida.
Esta se sonrojo alisando su traje habitual normal puesto por el colegio, hablo afirmando que lo que había contado ayudaba con el tema que estaba dando. Sonrió ante el recuerdo.
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Mi última lluvia de estrellas ©
RomanceEl destino los puso a prueba, les dio la mejor vista a las estrellas, para luego ofrecerles una fuerte llovizna. Quizás el destino los quería juntos, sin embargo no era ese el momento. «Ramé: caótico y hermoso a la vez» 2 0 2 0 12/03 BORRADOR IVA...