capitulo 3 - Daniel (2)

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El jóven se levantó, vió como aquel moreno se alejaba indiferente con una ligera curvatura en la espalda y las manos en los bolsillos, lucía un aspecto triste ¿Por qué le interesaba esto? No lo sabía, aquella noche había marcado un principio, solo que ninguno lo pensó si quiera.

Dos semanas después Daniel había olvidado completamente lo que sucedió ese día, era algo ciertamente infantil enojarte porque alguien no te ayudó a levantarte, así lo veía él. El verano terminó y era hora de entrar a la preparatoria, al fin volvería a ver a sus amigos, Alex, un chico pelirrojo un tanto atlético y el típico "chico lindo de la escuela" que tuvo una evolución de ser el feo del salón al más querido por todas las chicas; y Cassie, una chica negra amante del cine, las artes y el terror, que cumplía el papel de la fuerte de los 3, a pesar de que Alex era guapo no tenía la naturalidad de un "chico malo" como cualquiera podría pensar, sino que era realmente una persona sencilla y amable, sin embargo aunque Cassie era muy amable su personalidad era fuerte e imponente, era una chica altamente bulleada por su color de piel por gente "con tan poco amor propio como para notarce a si mismos" como solía llamarlos Daniel, pero cuando veía una injusticia –especialmente hacía una mujer– no se quedaba callada; eran el trío perfecto, un tímido inteligente, un atlético popular y una chica fuerte que complementara energía femenina, Daniel estaba contento, no los había visto pues Alex estuvo trabajando todo el verano con su tío y su abuelo al otro lado de la isla en una especie de granja en el campo, y Cassie viajó a España a visitar a sus abuelos paternos como era regular cada Verano y una que otra navidad, Daniel fué el único de los 3 que no se fué a algún lado, tenía una vida normal trabajando en una panadería cerca de la plaza Antonio, soportando a su padre con su actitud de macho, jugando juegos de mesa con sus padres y tíos cada miércoles y algún que otro sábado, eran los días familiares, siempre se veían todos por lo menos una vez a la semana.

Llegó el día, Daniel se levantó a las 6:00 a.m. para bañarse, desayunar y estar a tiempo en la escuela a las 8:30 a.m. al llegar se detuvo frente a la escuela y vió a Alex, dos chicas le estaban hablando –probablemente queriendo seducirlo– Alex vió a Daniel en la puerta y se despidió tranquilamente de las chicas, se alejo mientras ellas lo observaban por detrás –muy seguramente veían su "enorme trasero" como Daniel más tarde había escuchado que le decían– Alex lo saludo con una mano en el aire mientras se acercaba y Daniel le replicó. Dió dos pasos al frente cuando de repente alguien lo abrazó fuertemente, junto a su oído pudo escuchar un chirrido, no había duda, era Cassie, la inercia casi lo hizo caer pero se recompuso y recobró la postura mientras la chica seguía con su abrazo cada vez más fuerte.

–Danieeeeel!!!!– dijo con emoción al ver a su amigo y mientras abría los ojos pudo divisar a Alex acercándose por lo cuál volteó y gritó el nombre del que estaba a solo unos 5 pasos de aquella escena.
–¿Qué tal? Jaja– contestó el jóven con un gesto alegre pero nervioso mientras se acercaba.
–¿Qué tal España?
–Aburrido, me faltaron mis tontos favoritos– Expresó con una sonrisa burlona mientras abrazaba a Daniel contra su pecho, el jóven se sonrojó al sentir los pechos de la chica, no lo vió con malicia, simplemente le incomodaba a pesar de que eso era un gesto muy común en Cass.
–¿Cómo estuvieron ustedes, me extrañaron?
–Más de lo que crees, ojalá hubiera podido disfrutar el verano más pero tenía que trabajar prácticamente todo el día ¿Y tú Daniel?

Cassie al fin lo soltó y Daniel se levantó con cierta timidez pero alegría.
–Estuvo... Genial.– con su mano derecha abrazó a Cassie y con la izquierda a Alex.
–Pero ahora estoy mejor.

Finalmente entraron, los 3 tenían muy buen promedio en su anterior escuela así que les dejaron escoger el salón que querían y como era de esperarse decidieron estar los tres juntos, extrañamente su primera clase se retrasó hasta las 10:00 a.m. cosa que enojó a Cassie por el tiempo perdido y por haberse tenido que despertar temprano para nada, a los otros dos les era indiferente, estuvieron poniéndose al día con lo que habían hecho en su verano, Cassie les contaba sobre lo extraño pero genial que era convivir con sus abuelos, pero juraba que daría lo que fuera por tenerlos a ellos y a la comida que preparaba su abuela, nunca había probado comida más rica según sus propias palabras.

–Y el abuelo es increible, es increíblemente inteligente y ama leer- ¡Oh! Casi lo olvido por la emoción pero el abuelo les mandó esto.

La chica sacó 2 sobres de su mochila, se veían un tanto amarillentos como una carta vieja, lo cual era extraño porque no hacía ni 3 días de que Cassie había regresado a la isla, Daniel supuso que simplemente así era el papel, y sinceramente daba un aspecto muy agradable y único al sobre, Cass les dijo que lo abrieran pues ni siquiera ella sabía lo que había dentro pero lo suponía pues el abuelo siempre solía mandarles algún regalo acompañado de una nota pero esta vez el sobre se sentía más ancho, los chicos lo abrieron y se encontraron con una carta y un fajo de billetes, las notas siempre contenían un agradecimiento a Daniel y Alex por hacer tan feliz a Cassie pero esta vez era una carta entera.

Para: Daniel

Hola joven, envío esta carta como un agradecimiento, un mensaje y un sentimiento, realmente agradezco lo que has hecho por mantener feliz a mi bella Cassie, estamos más que enterados de que están por entrar a la preparatoria y les deseamos suerte a los 3, esta carta es un deseo de que continúen juntos siendo un equipo cómo lo han sido por tantos años,
Ahora lo realmente importante de esta carta, nuestra Cassie nos ah contado en busca de consejo que le revelaste algo muy personal para tí sobre quién eres en realidad y como un anciano que tiene 4 veces tu edad me veo obligado a darte un consejo y es por eso que por medio de esta carta busco dártelo, no voy a decirte que no hay nada malo contigo porque es algo que siempre tienes que saber, pero lo que te diré es que a partir de ahora tu vida no será fácil, tendrás miedo, serás atacado y harán más cosas de las que puedan venir a tu mente, y esto no lo digo como un aviso, sino como un mensaje de qué espero de tí, no tienes porque cumplir las expectativas de un viejo que no conoces pero aún así espero que seas fuerte y seas tú sin importar qué.

Atte: El abuelo

Daniel más que sentirse aliviado sintió un gran terror de que alguien más supiera, Daniel ya hacía 4 años que inició una etapa de pensar que le gustaban los chicos y todo este tiempo había tenido un incontenible miedo pues su educación siempre se basó en decir que ese tipo de cosas estaban mal, sus padres nunca se lo habían dicho pero su madre era una persona muy religiosa, Daniel sabía lo que era, pero no quería ser lo que era, tenía miedo de ser si mismo a sus tempranos 11 años, rezaba todas las noches y cada que sentía que era una aberración para la humanidad se sentaba al pie de la playa mirando al océano fluyendo cuál pensamientos en su cabeza, una ola, «estás mal», otra ola, «pero solo estoy siendo yo», una ola más, «pero es un pecado», «no puedo ser asi», «alguien me entenderá?», «no tengo por qué esconderme», etc. El mar era el único a quién podía contarle quien era, el único que no lo rechazaba, podía nadar en sus sentimientos, undirse en sus pensamientos y apreciar su belleza, se sentía afortunado de vivir en una isla rodeada de agua, pero este también era su miedo, si le contaba a alguien sus sentimientos ¿Cómo podría escapar? Rodeado de agua no podría hacer nada, no le gustaba pensar en eso, no le gustaba quién era, o mejor dicho odiaba no ser quién los demás querían que fuera, odiaba no entenderse a si mismo y no tener a quién acudir.

Terminó de leer la carta y sin decir nada solo vió el fajo de billetes que tenía escrita una leyenda en una cinta: "Usenlo para algo que realmente quieran, de verdad" ambos miraron a Cassie y le agradecieron, acto seguido la abrazaron fuertemente y se alejaron.

–Ahora me cae mejor tu abuelo– bromeó Alex mientras agitaba el dinero con cara juguetona, los otros dos rieron y continuaron con la plática, Alex hablaba sobre lo extraño que olía su tío.
–Huele como a Nuggets combinado con 3 litros de desodorante y cebolla.
  Mientras la plática continuaba notaron que realmente Daniel no había contado prácticamente nada así que con verdadera curiosidad le preguntaron.
–Solo eh trabajado en la panadería y eh ido al mar De vez en cuando por las noches
–Al mar?– «Ojalá pudiera decirles que ahí es dónde voy cuando me odio a mi mismo»
–¿Con "de vez en cuando" a cuántas ocasiones te refieres?– «Más de las que quisiera» pensó Daniel con un nudo en la garganta, les dió un número al azar y la conversación continuó de manera orgánica, llegó la hora de que fueran a su primera clase así que se levantaron, llegaron al salón y el primero en entrar fué Alex, con la mano izquierda hizo un ademán para darles paso a sus 2 amigos, Cassie entró por enfrente de Daniel para después dar paso al más alto de los 3, cuando al fin entró Daniel al salón pudo notar que había alguien peculiar que le parecía extrañamente conocido, lo vió y sintió como su corazón palpitaba de manera increíblemente veloz, de pronto sintió un gran peso sobre los hombros al ver quién era aquella persona que estaba en su mismo salón.

Ares estaba sentado justo ahí

Ojos de Sol y Luna 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora