4 ~ Cenicienta

77 6 141
                                    

CADA QUIÉN CON SUS DEMONIOS


Luz Igneus pasaba un mal momento —irritante, más que nada— cuando se cruzaba con alguien que sabía latín. Todos se creían muy listos y soltaban esa sonrisita de condescendencia al comentar que "igneus" estaba mal declinado en su nombre porque ella debería ser "ignea". Claro que no les hacía caso, pero después de tantos años le jodía un poco y ya estaba a la defensiva cuando alguien sacaba el tema con humor.

Por eso cuando se casó con Fenris Wolf (un nombre interesantísimo y muy acertado, cabe decir, y a él nadie se atrevía a comentarle al respecto) y tuvo un hijo con él, decidió darle al bebé el nombre de Fénix, porque Fénix Igneus era una composición perfectamente declinada de la que nadie diría ni mu. Lamentablemente, a Luz le sobraba ingenio pero le faltaba sentido común, porque tener un hermanastro menor llamado "fénix ardiente" era lo único que Skoll y Hati Wolf necesitaban para hacerle la vida imposible al niño. Tampoco ayudaba que Fénix fuese más bueno que el pan —y sobre todo, que le gustase bailar.

. ~ . ~ . ~ .

Me gustaría hacer de abogado del diablo y defender el actuar de los mellizos Wolf, pero hay cosas que son imposibles hasta para mí. Skoll y Hati no tenían nada digno de defender. Ni siquiera eran un ejemplo de trabajo en equipo o de lealtad; el único momento en que se podría decir que se apoyaron como hermanos sería muchos años después, tras la muerte de Hati a manos de una exsoldado del Ejército Argentino. Skoll tal vez lo sintió como una afrenta personal, y por eso secuestró a la nieta de la culpable. Puedo decir con bastante seguridad que no lo hizo por amor a su hermano, pero eso es otra historia. En este momento estamos con Fénix, y eso es más que suficiente.

Luz Igneus murió poco después del parto, dejando a su único hijo el legado de su nombre y un padrino en Europa, y nada más. Fénix quedó a cargo de sus hermanos mayores, que tenían diez años más que él y pocas ganas de educar a un mocoso llorón. Por otro lado, su padre Fenris no estaba interesado en absoluto en su existencia, y lo ignoró durante gran parte de su vida. Esa fue una de las razones por las que Fénix retuvo su apellido materno y se presentaba como Fénix Igneus en sociedad, evitando ser asociado con la nefasta familia Wolf. Nefasta la familia, infausto el destino del muchacho. Pero me estoy adelantando. Todo a su tiempo.

El dinero que Fenris Wolf tenía era mucho y todo ganado de forma ilícita. Como eso es mucho más fácil que trabajar duro, sus dos hijos mayores siguieron sus pasos tan pronto como aprendieron a mentir, y debo decir que les salía de maravilla. Su madre, fallecida cuando eran pequeños, no había sido mucho mejor; Dios los cría, ellos se juntan. Luz era más buena, y Fenris tal vez creyó que le ayudaría tener un pequeño cambio en su vida, pero el temprano deceso de la mujer mató de raíz esa esperanza y él volvió a sus andadas. Poco le importaba que hubiese salido un fruto de su relación, y menos aún cuando Fénix dio señales desde el principio de que no iba a ser capaz ni de matar una mosca.

. ~ . ~ . ~ .

—Skoll... —comenzó Fénix, plantándose frente a su hermanastro. Cuando éste alzó la vista y vio que Fénix estaba a punto de pedir algo, torció el gesto.

—No —respondió en tono seco.

—¡Ni siquiera sabés lo que iba a preguntar, Skoll! —se quejó Fénix, cruzándose de brazos.

Su hermanastro arrugó la nariz, volviendo la atención a su teléfono al contestar.

—Alguna idiotez. No me hace falta escucharte. Andá a molestar a Hati.

—Hati... —empezó Fénix, girándose hacia su otro hermanastro, pero éste también lo interrumpió sin miramientos.

—A mí tampoco me hablés. Estoy ocupado.

✱ Pero así no era el cuento... ✱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora