Capítulo 17.

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Este me miró unos segundos y y le ayudé a levantarse.

—Idiota...no vuelvas a asustarme así...

—Lo siento no fue mi intención.

Suspiré y negué.

—Por cierto, ¿Que haces aqui? Sabes que no nos pueden ver juntos.

Este sonrió y se volvió a poner la capucha.

Tenía varias magulladuras por el rostro y el pelo bastante revuelto.

—Te he llamado por que necesitaba verte, pero como no me contestabas, salí a buscarte.

Dijo sin más.

Yo rodé los ojos y le di la espalda avanzando y dejandole atrás, pero este me alcanzó enseguida.

—¿En serio me estas evitando?

Dijo incrédulo.

Yo no dije nada y este rápidamente me alcanzó dando zancadas.

—Muy bien, ya veo...

Dijo suspirando.

Yo sonreí y le di un empujón amistoso.

—No te quites la capucha.

Este sonrió de vuelta y no dijo nada mientras seguíamos caminado.

Una vez llegamos y me subí encima de mi moto le miré algo confusa.

—¿No vas a subirte?

Este se relamió los labios y sonrió de lado.

—¿No decias que no podian vernos juntos?

Rodé los ojos nuevamente y arranque la moto.

Este rápidamente se puso delante de la moto.

—Es broma es broma...

Dijo subiendose detrás. Me agarro de la cintura y todo mi cuerpo se estremeció.

—¿Que pasa Jang? ¿Te encuentras bien?

Dijo con tono juguetón.

Yo cerré los ojos y suspiré yendo dirección a la Universidad.

Sentir el tacto de sus manos en mi cintura hacía recordar aquella noche...

¿Por que demonios le daba tanta importancia y por que me sentía asi?

Aparqué la moto y este se bajo no sin antes darme un beso en el cuello que hizo que me ardiera la cara y mi cuerpo temblase levemente.

Al girarme este tenía una sonrisa en su rostro de satisfacción.

Yo aclaré mi garganta y me cruce de brazos indignada.

—Bueno, ya es tarde, me has visto y todo, Buenas noches.

Dije queriendo subirme a la moto de nuevo pero este me agarró de la cintura y me atrajo pegandome a él.

Nos miramos a los ojos y este se acercó a mi rostro.

—No tan rápido...

Se acercó a mis labios rozandolos suavemente.

Mi cuerpo comenzaba a temblar nuevamente mientras mi mente deseaba que me besara de una vez.

—¿Vas a besarme ya o que?

Dije en un susurro.

Este sonrió y se relamió los labios sin hacer ningún movimento.

Entonces le agarré de la sudadera y se la cerré rápidamente para que no viese nada.

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