Capítulo 30.

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Una vez llegamos al hospital me bajé sin mirarle a la cara y entré dentro, cosa que él hizo lo mismo siguiéndome.

No le di mucha importancia aunque si que estaba algo nerviosa y no entendía el por que de su comportamiento ahora.

Hablé con una enfermera quién nos guió amablemente hasta la habitación de mi madre. Habían varios policías haciendo turno delante de la puerta que me indicó la enfermera por lo que supuse que ahí estaría.

Miré por la ventana y ahí estaba ella, durmiendo tranquilamente. Suspiré y me giré para mirar a Inyeop finalmente a la cara seriamente.

—¿Que haces aquí?

Solté algo brusca a lo cual este miró a mi madre y suspiró.

—Fuí algo duro contigo al enterarme de...aquello y juzgué a tu madre sin conocer la historia antes.

Dijo apenado mirándome mientras yo lo miraba algo confusa.

—¿A que te refieres con eso?

—Primero ve a ver a tú madre y luego hablamos, te espero aqui.

Dijo dándose media vuelta para sentarse en una de las sillas libres.

Yo tragué saliva y me adentré dentro no sin antes llevarme una mirada de advertencia de uno de los policias.

Aún estaba confusa con la situación.

Me acerqué a mi madre y la miré tristemente. Tenia ojeras , muchas más de la cuenta y su rostro estaba blanco.

¿Que te pasa mamá?

La dí un corto beso en la frente y me separé no sin antes soltar algunas lágrimas.

El doctor entró a la habitación y yo me sobresalté. Era un tanto mayor pero se conservaba bien.

—Hola buenas noches...¿Usted es algún familiar de la paciente?

Asentí y me levanté haciendo una reverencia.

—Soy su hija Jang Yeeun...¿Que ha pasado exactamente?

Dije preocupada.

El doctor suspiró y me miró fijamente a través de sus redondas gafas.

—Su madre tiene miocardiopatía dilatada, es decir su corazón esta bastante debilitado, lo que por ahora tendremos que hacer es tenerla bajo supervisión médica por que es mucho más grave de lo esperado.

Yo solo asentí y la volví a mirar apenada.

Este mundo simplemente no te merecía...tu no merecías esto.

Finalmente me despedí de mi madre que aún dormia y del doctor y salí cabizbaja de ahí.

Miré a los policías de mala gana y Inyeop se acercó rápidamente a mí lo cual captó mi atención.

—Vayamos fuera.

Dijo agarrandome de la muñeca pero yo me zafé de su agarre haciendo que este se girase mirándome algo confuso.

—Se andar por mi propia cuenta, no necesito que nadie tire de mí.

Dije fríamente y quise darme mil golpes en la cabeza.

Hasta yo misma me sorprendí de lo fría que había sido.

Simplemente sabía que era normal estar así, estaba dolida y no sabía ni como reaccionar a su repentina aparición.

Llevabamos semanas sin saber el uno del otro, solo miradas que dolian más que las propias palabras.

Este finalmente suspiró y asintió alejando su mano y caminando delante mía.

Yo iba detrás de él mirándole tristemente. Tenía muchísimas ganas de abrazarle y decirle lo mucho que lo he extrañado estas malditas semanas. Fue un infierno.

Al salir fuera se dirigió a un banco algo apartado y se sentó esperando a que yo también lo hiciese.

Miré algo incómoda y suspiré agotada sentándome.

—Después de haber roto estuve bastante jodido me sentí traicionado al oír aquello y...estuvo mal tuve que dejarte hablar y explicar tu versión por que es la que cuenta al fin y al cabo...pero no podía volver a buscarte no después de haberte roto el corazón con aquellas palabras...así que opté por visitar a tu madre y me contó todo y me bastó con decirme que huyó por culpa de mi padre, él es el verdadero asesino y se que aún no hay demasiadas pruebas pero... —Sacó de su chaqueta unas hojas- Son las verdaderas pruebas de la autopsia de mi hermano...las encontré en el despacho de mi padre asi que puede servir como prueba además tu madre es testigo también...y tiene que haber muchas más cosas que no vemos aún...así que porfavor Yeeun perdóname por haber sido un idiota y simplemente que te parece si volvemos a...a ser amigos y a resolver esto, ¿Juntos?

Dijo mirándome fijamente a lo cual yo no pude evitar no mirar aquellos preciosos y sinceros ojos.

Sonreí un poco mientras alguna que otra lágrima se me escapó del ojo y lo abracé escondiendo mi rostro sonrojado.

Estuvimos varios minutos así en silencio disfrutando del cuerpo del otro...parecía que había sido todo aquello eterno.

—Te...te perdono.

Dije en un susurro poco audible cosa que este río divertido. Me había escuchado.

Al separarnos este me miró y acarició mi cabeza.

—Deberias...volver a tu casa, te llevo. Dijo levantándose y yo negué.

—Me puedo quedar aquí esta noche así estoy con mi madre.

Este sonrió y asintió.

—Si es lo que tu quieres, está bien, me quedo yo también.

Yo negué rápidamente.

—No, tu deberías volver además solo puedo entrar yo.

Este suspiró y asintió.

—Esta bien pero quiero que guardes esto muy bien, estará más seguro que conmigo.

Yo asentí al ver aquel informe de autopsia.

—Prometo guardarlo bien, ahora ve a casa.

Sonreí un poco y este me devolvió nuevamente una cálida sonrisa.

—Cuidate Yeeun.

Dijo con aquella voz apagada. Realmente seguía arrepentido y lo sabía pero no lo culpaba seguramente yo también hubiese estado asi.

Finalmente decidí entrar dentro ya que tenía bastante frío.

Aquella noche dormí al lado de mi madre pero lo que no sabía es que posiblemente sería la última vez que la vería.

Me desperté desesperada al oír varios pitidos y palicecí.

Inmediatamente aparecieron varias enfermeras y el doctor quién me sacó a la fuerza mientras yo chillaba y lloraba.

No podía ser verdad...mamá se estaba yendo.

Tomé mi móvil desesperadamente y llame a mi padre para avisarle llorando que viniese al hospital cosa que se preocupó al escucharme llorar.

Mi padre llegó tarde y no lo culpaba el no podía venir más rápido. Tenía la mirada pérdida mientras miraba el suelo blanco y limpio. Aquella madrugada...mi madre me dejó a mi y a mi padre. Ni siquiera pude contarle la mitad de mi vida solo breves resumenes por que no dejaban más de 10 minutos la visita.

Lloré y lloré lo que no estuvo escrito. Iba a vengarme y obviamente iba a pagar por el daño que causó en Inyeop y en mí.

Era su fin Sr. Hwang.

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