c i n c u e n t a y s e i s

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—NO PUEDO CREER que por fin voy a ver una carrera en vivo

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NO PUEDO CREER que por fin voy a ver una carrera en vivo.–exclamó con emoción la representante de la rubia.

—Amanda, nunca te había visto tan emocionada.–se burlo la neerlandesa.

—¿Solo tú puedes tener días libres? Yo también me merezco tener un poco de diversión.–se defendió la mujer.

—¿Por qué tenemos que llevar estos sombreros?–interrumpió la conversación Chase.–Nos vemos ridículos.

—Somos como un culto, si Madelaine lo usa, nosotros también.–dijo Amanda.

—Al menos milo se salvó de llevar un sombrero.–mencionó Chase viendo a su mascota.

El gran premio de Estados Unidos era uno de los más esperados por la fanaticada de formula uno porque era el único que se llevaba acabo en el país y era una locura. Los pilotos se ponían festivos llevando sombreros por ser en el estado de Texas, asistían celebridades y todo el fin de semana era como una fiesta. Y Maddie no podía perdérselo. Convenció a su manager y a su mejor amigo de hacer un viaje en carretera desde Nueva York para acudir a la carrera.

—Todavía no se como me funcionan las piernas después de conducir por dos días.–se quejo Chase mientras se adentraban al paddock.

—Deja de quejarte, yo también conduje.

—Si fuera por ustedes hasta el pobre Milo hubiera conducido.–se burlo Amanda.

Aun sabiendo que seria un viaje largo y que pasarían la mayoría del tiempo en el garage de Red Bull, o en el caso de la rubia entre Ferrari y la escudería austriaca, los mejores amigos decidieron que seria buena idea llevar a su mascota para que no se quedara solo en su departamento.

Tal vez el ruido de los monoplazas podía alterarlo pero lo llevaron con ellos ese día al paddock porque era el más tranquilo y no escucharía tanto el ruido de los autos. Además era eso o correr el riesgo de que Milo destruyera el apartamento en su ausencia.

—No vuelvo a caer en tus locuras, Madelaine.–refunfuño dejándose arrastrar por su perro.

Maddie blanqueo sus ojos cansada de escuchar a su amigo quejarse y solto un suspiro antes de hablar.–Ya estamos aquí, así que empecemos a disfrutar el fin de semana.

—Si, Chase, deja de quejarte, estas haciendo que mi primera vez en el paddock sea aburrida.

La rubia rio por la nariz al escuchar como su manager había pronunciado aquella palabra.

—Vamos, Roxy, te enseñare todo.

Madelaine cumplió su palabra y mientras su mejor amigo las seguía cansado por el viaje, le ensañaba cada detalle a su manager, quería que entendería porque le encantaba pasar los fines de semana ahí, aunque le gustaba más que todo porque estaba con su hermano y cierto monagesco pero eso no quitaba el hecho de que estar en paddock era una experiencia inexplicable.

ONLY YOU || Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora