El primer dibujo

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Recuerdo perfectamente el día que pinté mi primer dibujo con Alicia, como si fuera ayer.

Estaba en la caja, y nos pasamos todo el día con la oreja pegada a la puerta que no hace función de puerta para escuchar las conversaciones de las enfermeras. Siempre tenían algún chismorreo entre manos, como las vecinas del pueblo. Era entretenido escucharlas, ya que la mayoría de los cotilleos eran sobre enfermeras que habían puesto a parir a otras enfermeras. Me enteraba de todo.

-"Esque no te vas a creer lo que va diciendo Lola de tí, Maria José."

-"¿Lola? No me creo que haya dicho nada de mi, ¡confiamos mucho la una en la otra! Anda Berta, cuéntale mentiras a quien se las crea, pero a mi no me marees."

-"¡No te estoy mintiendo! Si no hace falta que me jures que confías en ella...Pero al parecer ella no se ha cortado ni un pelo en contarnos a todas lo  que le has confesado."

-Mira Berta, estoy cansada. Llevo todo el día escuchando a la esquizofrénica de la habitación 6 hablando con su supuesta amiga chalada, y te juro que estoy deseando llegar a casa y descansar. Tus mentiras no me aportan nada bueno."

-"¡Pero quien se cree que es esa para hablar así de mí! Una cosa es no creerme, otra llamarme chalada!"

-"¡Calla, que te van a oír!"

-"¿Ah si? ¿Entonces como sé yo y todas las chicas de la planta que tu marido te ha engañado con otra y tu estás haciéndote la sueca?"

-"Madre mia."

-"¡Alicia!"

-"¿T-t-t-tu cómo sabes eso? Qué digo, ¡eso es mentira! No sé de donde te has sacado una idea tan equivocada de mí, Berta, por favor. Que ya tenemos una edad."

-"¿Aún no me crees? ¿Entonces cómo sabemos todas que estás llendo menstrualmente a hacerte la lipo? ¿O que ya estás menopáusica perdida?"

-"¿Cómo le ha podido confesar todo eso a Lola? ¡Si es una bocazas!"

-"Me estás ofendiendo, Berta. ¡Dime inmediatamente dónde está Lola!"

-"Está en el piso de arriba. ¡Ah! Maria José! ¡No te olvides que yo no te he dicho nada...!

Y las voces empezaron a desaparecer.

La verdad es que lo mejor del centro de salud mental eran las enfermeras, por mucho que las odiara. Podía imaginarme a los demás ingresados en sus cajas con las orejas pegadas a las puertas escuchando y riéndose por lo bajo. A mí me encantaba escucharlas, pero sin duda a Alicia le apasionaba. Era una de las cosas con las que más disfrutaba, ya que al estar en la caja no podía hacer gran cosa...

Al cabo de un rato, oí un barullo de voces que se acercaban cada vez más y más. Notaba cierta tensión entre ambas, podía imaginarme a quiénes pertenecían.

-"¡Cómo te atreves a contarles a todas lo que te conté! ¿Te crees acaso que cosas así se sueltan a la ligera?"

-"Maria José, relájate, ¿quién te dijo todo eso?"

-"¡Me lo podría haber chivado cualquiera, ya que se lo has contado a todo ser que respire! No me extrañaría que los pacientes supieran algo al respecto. Me lo ha contado Berta, que al menos ha tenido el valor de venir a contarme todo lo que murmuráis."

-"Berta, ¿sabes lo que es guardar un secreto? ¡te dije a tí y a todas que no se lo contaras a Maria José!"

-"No, Lola, al parecer la que no sabe guardar un secreto eres tú. ¡Chismosa!"

-"Maria José, eres una mala amiga. ¡Te dije explícitamente que no dijeras que yo te había contado nada! Y mira, no te ha costado lo más mínimo guardarme el secreto."

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⏰ Última actualización: Mar 24, 2015 ⏰

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Memorias de un artista desenfrenadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora