𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐓𝐈 - 𝐈𝐈 (𝖫𝗎𝗂𝗆𝖾𝗅𝗂𝖺)

Capitulo 3. Encuentros

— ¡¿Qué vendrá quién?!

El coche paró abruptamente haciéndonos saltar hacia adelante mientras el sonido de las llantas chirriantes se escuchó sobre el asfalto.

— ¡¿Te has vuelto loca, María?! —Gritaba con las manos sujetas hacia adelante — ¡No puedes detenerte en medio de la autopista!

El sonido constante de las bocinas de los coches por detrás de nosotras no se hizo esperar por detrás

— ¡Luisi! ¿Cómo se te ocurre invitarlo justamente a él a la cena con nuestros padres? —Preguntaba mi hermana soltando el volante

— ¿Cómo se me ocurre a mí? ¡Cómo se te ocurre a ti detenerte aquí! —Le digo tomando sus manos para volver a colocarlas sobre el volante

— ¡Papá lo va a matar! —Seguía gritando ella mientras volvía a soltar otra vez el volante

—No si tú nos matas antes con tu forma de conducir ¡Joder, María!

Los coches que iban detrás de nosotras empezaron a intentar pasarnos adelante, el sonido intermitente de los cláxones se hacía cada vez más fuerte, pero a mi hermana parecía no importarle.

—No te apareces durante días a la casa y ahora lo harás del brazo del chico que detesta papá —Me dice mirándome con los ojos muy abiertos — ¿Cómo se te ocurre?

— ¡¿Pero tú crees que está bien tener una conversación en este momento y en este lugar?! —Le gritaba con las manos hacia adelante — ¡Avanza!

— ¿Qué es lo que pretendes? ¿Quieres llamar la atención? ¿Pero qué es esto? ¡No tienes doce años!

— ¡¿Está loca?! — Gritó un hombre dentro de uno de los coches que pasó al lado del nuestro

— ¿Qué me ha dicho? —Dice mi hermana girando su rostro hacia el hombre — ¡¿Quiere verme realmente loca?! ¡Baje del carro, hombre! —Exclama mientras trata de quitarse el cinturón de seguridad para empezar a bajarse del carro

— ¡María! —La llamo mientras la sostengo del brazo y veo como el hombre avanza a la carrera con su coche

—Bueno ¡ya! —Grita finalmente mi hermana tomando el volante con sus manos y avanzando el coche —. Es que no lo puedo creer, madre mía, es que ¡No me lo puedo creer!... que no... que no...

Resoplo sobre el asiento buscando la hora en la que estábamos mientras María continuaba hablando girando su mirada hacia mí reiteradamente con reproche

— ¡Joder! Pero si ya es tardísimo — Le digo observando la hora

— ¡Debería dejarte aquí mismo! Es más, abriré la puerta y te empujaré hacia el vacío.

—Tengo que planificar una reunión para mañana, María. Si tuviera coche, no te hubiese pedido el favor de que me llevaras a la empresa.

— ¿Y por qué crees que papá ya no te presta su coche? —Quise responderle, pero me callé al instante, solo giré la cabeza hacia la ventana poniéndome de brazos cruzados —Pues, porque te fuiste de luna de miel con tu jefa hasta Zaragoza —La escucho decir y me muerdo la lengua para no responderle —.Desaparecieron por tres días —Respiro hondo —.Luego la que desaparece es Amelia —Tres respiraciones rápidas, una respiración profunda —.Después la que quiere desaparecer eres tú ¿Sabes cuántas veces mamá ha preguntado por ti? —Tres rápidas, una lenta, tres rápidas... —Muchas, ¿sabes cuántas veces has ido a la casa? —Tres, uno, tres, uno... —¡Ninguna vez! —¡Joder! —¿Quieres acaso molestarte con alguien? ¡Pues moléstate con Amelia! —A la mierda las respiraciones

— ¡AH! Molestarme dices, ¿qué me dices sobre ti, María? —Giré bruscamente para verla —Porque te recuerdo que has sido tú la que me ha llamado esta madrugada para pedirme que me quede a dormir contigo —El rostro le cambió —¿Por qué, eh? ¡Eh! Oh espera ¡Ya lo recuerdo! —Dije mientras la veía tomar el volante con fuerza —Estuviste tan al pendiente estas últimas semanas como una adolescente por un chico que creías que estaba siendo serio contigo —Le digo mientras la veo hacer una risa sarcástica — Para que luego de haber planificado la cita de tu vida ¿Qué es lo que pasó? ¡Oh, ya lo recuerdo! Tu cita ¡nunca llegó!