Capítulo 6. Tu piso

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"Está bien, pero debes saber algo...

Miedo. Es lo que vi en los ojos de Amelia cuando empezó a decirme esa frase. ¿Por qué diría algo así?

Debo haber estado inundada completamente en mis pensamientos por no haber escuchado el ruido del vaso cayéndose bajo mis pies.

—Mierda... —Maldije al ver el líquido esparciéndose en el piso del vaso roto. Me coloco de cuclillas frente al desastre que acabo de ocasionar para recoger los pedazos de vidrio, pero me detengo al ver el color rojo vino que se forma —No puedes estar poniéndote nerviosa ahora Luisita —coloco mis dos manos sobre mi rostro recordando otra vez la frase de Amelia

...Una vez que te cuente, las cosas van a cambiar entre nosotras"

¿Por qué el pasado de Amelia podría hacer que cambie mi forma de verla?

El sonido del timbre resuena en la pequeña sala, y casi me hace perder el equilibrio. Es ella. Me levanto maldiciendo nuevamente.

El timbre suena otra vez. Me miro al espejo arreglando mi cabello, doy un suspiro largo y tomo la manija de la puerta al abrir.

Está de espaldas. Gira al verme y parece sorprendida

—Luisita —me dice con una sonrisa de alivio en su rostro —Hola...

—Amelia —mi corazón se acelera ¿Por qué cuando sonríe de manera nerviosa me parece increíblemente encantadora? — ¿Ha pasado algo? —Le pregunto al escucharla un poco agitada

—Me he perdido un poco al llegar aquí, eso es lo que pasó

Me rio al verla rascarse la parte detrás de su cabeza, levanta la mirada otra vez esperando lo siguiente que diré

—Pasa por favor

Se quita la chaqueta y lo coloca en el perchero de al lado, el olor de su perfume cotidiano se hace notar y me muerdo un poco la lengua al notar que aun lleva el vestido que tenía en la cena, la veo de espaldas recogiendo su cabello a un lado.

—Es precioso, Luisita —me dice mirando alrededor —¿Desde cuándo estas aquí?

—Un poco más de una semana —Le respondo extendiendo mi mano indicándole que puede sentarse en el sillón de la sala — ¿quisieras tomar algo?

—Estoy bien, aunque... —me dice con la mirada fija mientras se sienta—¿podría pedirte otra cosa?

Me quedo expectante a su pregunta. Por un momento noto su mirada bajar y subir por mi cuerpo y ambas giramos la cabeza a un lado. Junta sus dos manos frente a ella y comienza a hablar.

—¿Podríamos... —sus dedos juegan contra sus manos, creo darme cuenta que está tan nerviosa como yo —podríamos tratarnos como antes?

Mis ojos se abren ante su pregunta y ella se da cuenta de mi sorpresa ¿a qué se refiere?

—Quiero decir —se corrige rápidamente moviendo las manos en negación —me refiero a que quisiera que dejemos de... —se pasa una mano por el cabello y respira — de tratarnos de esta manera tan...

— ¿indiferente? —acoto rápidamente

—Inusual—afirma sobre mi respuesta

Doy un respiro. Encontrarme en la situación de mantenerme seria cada vez que hablo con Amelia, es algo que incluso yo estoy cansada de hacerlo, pero no puedo permitirme que vea a través de mí.

—Bueno —levanto la mirada en dirección al techo —creo que podríamos terminar esta conversación como dos adultas ¿no?

—¿Sin tener que gritarnos la una a la otra?

𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐓𝐈 - 𝐈𝐈 (𝖫𝗎𝗂𝗆𝖾𝗅𝗂𝖺)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora