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Boscha entra sin llamar, a pesar de que Willow se lo ha pedido miles de veces (exageración, tal vez, o no)

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Boscha entra sin llamar, a pesar de que Willow se lo ha pedido miles de veces (exageración, tal vez, o no). No puede entender por que sigue olvidandolo, o tal vez simplemente lo ignora.

Willow tardó poco en acostumbrarse a ello, sin embargo.

Después de la cuarta vez dejó de dar un salto cada que el ruidoso portazo se escuchaba a sus espaldas.
Para la quinta vez recuerda estar lista y simplemente arrojar un par de guantes de jardinero contra el pecho de la intrusa.

La sexta vez recuerda detenerse a mitad de la limpieza y comenzar a reir por lo absurdo que todo parecía.

— ¡Es gracioso! —Exclamó.— Nunca creí que te vería haciendo limpieza.

Y escucha el murmullo que hace Boscha al reir.— Oh, que original, Willow. La niña rica haciendo limpieza, ¿No? ¡Graciosísimo!

Recuerdo tonto, pero la hacía sonreir un poco a veces.

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Octava vez. Willow recuerda que Boscha se detiene un momento y simplemente suelta— ¿Cuál es tu postre favorito?

Willow no tarda en responder.— No soy fanática de los dulces, pero tengo una debilidad especial por los brownies.

— ¿Hay algo que te guste hacer además de todo el tema de las plantas? —Los ojos de Boscha parpadean curiosos en su dirección.

Se burla disimuladamente, finge que aún está prestando atención a las hojas esparcidas por el suelo.— Ejercicio. ¿Por qué las preguntas repentinas?

— No lo sé, ¿Te gusta algún deporte?

Willow se ríe antes de responder y decide que no le dará la respuesta que quiere escuchar.— Ninguno en especial.

— ... ¿Grudgby?

— No realmente.

— Oh.

— Uh-huh.

— De acuerdo. Eres aburrida.

Boscha se muerde el interior de la mejilla y comienza a escribir/garabatear algo en su brazo, Willow no puede ver que es cuando la manga baja.

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Novena vez. Al comienzo del día Willow encuentra una pequeña bolsa de papel atada con un moño rojo alzándose orgullosa a través de los dientes de su casillero. Hay un trozo de papel en el frente.

«Son para ti, adivina de parte de quien».

No fue difícil para adivinar, y si el anonimato era realmente buscado... Boscha estaba siendo tonta y tan obvia.

Willow solo tuvo que esperar hasta estar con ella. El tiempo podría pasar tan rápido algunas veces.

— ¿A qué se debió el obsequio? —Preguntó aquella tarde.

¿Quién era yo? [TOH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora