¿Quién era yo? [TOH]

« O2 »

— ¿Hay alguien ahí? —Una voz femenina llamó.

Y Boscha en un pequeño arranque de pánico trata de ponerse de pie sin éxitos. Quería huir, porque no podía dejar que nadie viera su debilidad, pero eso claramente no era posible ahora.

Reunió la voluntad suficiente como para sentarse correctamente y frotar sus ojos para espantar el fantasma de sus lágrimas. Aún así no pudo evitar el fuerte temblor en sus hombros.

Tenía escalofríos.

Pasos de hojas crujientes delataron que el intruso por fin la había encontrado. Tímidamente asomando detrás de un árbol, la casi bruja Willow examinó los alrededores con la mirada antes de que está se fijará en Boscha.

— ¿Estás herida? —Su voz era suave, tal vez preocupada.

— ... No. —Se recargo contra el tronco al que hace poco se acurrucaba.

Willow apretó los labios con fuerza antes de acercarse (no demasiado) y dejarse caer en la tierra frente a Boscha.

— ¿Entonces porque estás llorando? —La dulzura natural que goteaba de su voz parecía ser el desencadenante en la irritabilidad de Boscha.

La bruja de pociones se quejó en voz alta.— ¡No estoy llorando!

— Lo estás. —El ceño de la casi bruja se frunció de la misma forma en que lo hacía cuando no entendía algo, y no era para menos.— Y es tonto negar las cosas cuando claramente están ocurriendo.

Pero Boscha no iba a ceder, y trato de cambiar el tema para quitar la atención de sus claros problemas.

— ¿Qué estás haciendo aquí? —Preguntó mientras hacía el esfuerzo de levantarse de donde había estado agonizando emocionalmente hace solo momentos. Sus piernas aún ardían y sus rodillas temblaron un poco, pero logro ponerse en pie.

Ojos verdes se fijaron en el cielo y el sol que se escondía en la distancia. Dio una mirada a Boscha, que todavía llevaba el uniforme de Hexside.

No respondió a la pregunta, en su defecto hizo una propia.— ¿Cuánto tiempo has estado aquí?

Boscha se quedó en blanco cuando se dió cuenta de que no tenía ni siquiera una respuesta aproximada.

— ¿Hace cuanto terminó la escuela? —La bruja de tres ojos se tomó un tiempo para darse cuenta que comenzaba a hacerse tarde.

¿Había corrido por minutos? ¿O fueron horas?

¿Dió vueltas por el bosque sin siquiera estar enterada?

Bueno, tal vez dolería mañana.

— Son más de las siete... —Susurró Willow, y cuando la noticia encajo en la cabeza de Boscha, la niña comenzó a reír a consecuencia de su ansiedad.