-Carina... ¿En serio vas a pasar toda la noche enfadada?- Preguntó Maya que ya había dejado de soportar ese silencio abrumador que se había instaurado entre ambas.
-No estoy enfada.- Soltó Carina mientras se movía por la cocina.
-Si esa enfermera era muy fea.- Aseguró entonces la rubia provocando una pequeña sonrisa en la otra mujer.
-No era nada fea.- Contestó ella eliminado la sonrisa y mostrándose enfadada más por darle un escarmiento a Maya que por estar realmente molesta con ella.
-¿Te fijaste en ella?- Preguntó Maya que se movió de donde estaba para quedarse al lado de la médico forense.
-Era imposible no fijarse, sobre todo cuando devoraba a mi novia con la mirada.- Aseguró entonces mirándola fijamente.
-Tú lo has dicho... soy tú novia así que ella puede seguir soñando...- Maya colocó sus manos en las caderas de Carina y la giró para que la mirase a la cara de nuevo.- Yo solo tengo ojos para esta impresionante mujer que tengo delante.
Maya subió el vestido de la morena y le acarició los muslos sensualmente mientras se mordía el labio para evitar soltar los gemidos que provocaba la excitación. Carina intentó alejarse un poco para no flaquear tan rápido pero la rubia no había perdido su fuerza consiguiendo que se sentase en sus piernas.
-No me convencerás así...- Murmuró de manera nada creíble al escucharse un gemido salir de su boca.
-¿Segura?- Preguntó entonces Maya que siguió con sus besos y caricias cada vez más atrevidas.
-Claro que...- Antes de terminar la detective había mordido sus labios.
Carina se dejó llevar y enlazo sus dedos en el pelo rebelde de la rubia que sonrió sobre los labios de la otra mujer mientras sus manos terminaban de subir el vestido y llegar hacia sus húmedas bragas. La médico forense gimió sobre los labios de la detective y acabó mordiéndola más fuerte de lo que debería.
-¡Joder!- Espetó Maya notando un poco de sangre sobre su labio.- Me encanta provocarte pero no quiero perder mis preciosos labios...- Bromeó para quitarle peso al asunto.
-Lo siento.- Dijo Carina que iba a levantarse algo avergonzada.
-No lo sientas, quédate donde estabas.- La amenazado de broma.
-Estoy haciendo la cena.- Dijo mirando la encimera con el fuego encendido.
-Ya no...- Espetó apagándolo todo mientras tiraba de nuevo a la morena sobre sus piernas.
Maya volvió a besarla con pasión y coló su mano en la ropa interior de Carina dándose cuenta de que estaba totalmente excitada. Adoraba sentir lo que provocaba en la otra mujer sentirse tan deseada era algo increíble y que sólo Carina había provocado en ella.
-Bishop...- Dijo Carina en tono de resignación pues perdía toda la voluntad cuando Maya le hablaba o la miraba.
-Shhh....- La mandó callar Maya.- Quítate esto y siéntate sobre la encimera.- Le dijo en un tono más exigente mientras tiraba de las bragas negras de encaje que llevaba puestas, pues sabía que enloquecía la detective ese tipo de ropa interior.
-¿Es una orden?- Le preguntó Carina alzando sus cejas.
-Lo es... ahora.- Dijo ahora más siendo una súplica.
Carina no pudo negarse cuando se enfrasco en la mirada de la rubia que estaba oscurecida por la excitación, a pesar de vivir juntas llevaban varios días sin tocarse. Unos días porque Maya llegaba sumamente cansada de las sesiones médicas y otras porque la médico forense llegaba tarde del trabajo. El deseo era mutuo por lo que Carina también se encontraba excitada.
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Descubriendo el amor.
ФанфикMaya Bishop es una detective de homicidios de Boston que se basa en sus corazonadas y en su instinto. Un día conocerá a la médico forense Carina Deluca, quién es todo razonamiento y conocimientos. Ambas comenzaran una amistad que las llevará mucho...