Capítulo 8

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Maya se había quedado medio dormida, la noche anterior con la morena había sido excitante pero también agotadora por lo que el cansancio se había apoderado de ella. Aunque su sueño fue interrumpido por unos suaves golpes en la puerta de su casa, saltó pues sabía quién era.

-Buenas noches.- Dijo Carina educadamente, la médico llevaba dos bolsas en sus manos y una gran sonrisa en su cara.

-Hola.- Soltó entonces Maya dejando un suave beso en los labios de la morena antes de coger las bolsas que llevaba en las manos.- Pasa, estás en tu casa.- Dijo señalándole el salón.

-Te ayudo.- Dijo entonces Carina acompañándola a la cocina.

-Pensé que esta noche vendrías con tu bata.- Bromeó Maya mientras que servía la comida china en los platos.

-Lo había pensado pero no quería ser detenida por escándalo público.- Dijo Carina sonriendo.

-No sería un problema, yo me encargaría de esposarte.- Aseguró Maya que había dejado de servir la cena para pasar sus manos por las caderas de Carina para quedar pegada a su espalda.

-¿Te van esas cosas?- Preguntó Carina pasando sus manos por el cuello de la rubia.

-O sí, claro que sí.- Aseguró Maya besando posesivamente los labios de la médico forense aunque se detuvo dejando a Carina con ganas de más.

-Interesante saberlo, ahora a cenar.- Soltó alejándose un poco de la rubia para poder terminar de servir la cena.

-A sus órdenes, doctora Deluca.- Dijo Maya riendo mientras llevaba los platos a la mesa que había delante del sofá.

Carina y Maya comieron tranquilamente mientras disfrutaban de una agradable y desenfadada conversación, ninguna de las dos deseaba entrar en nada que tuviese que ver con el caso o con sus vidas, ya habría tiempo para abordar ese tipo de temas más adelante.

Maya se acostó en el sillón una vez que había terminado de cenar e invitó a Carina a tumbarse sobre ella, las dos se acomodaron mientras la televisión seguía encendida con el resumen semanal de los deportes. Maya acariciaba el brazo y la espalda de la morena mientras que Carina sujetaba la mano de la rubia.

-¿Qué es esto?- Preguntó al notar la aspereza que tenía en la palma de su mano.

-Una larga historia.- Dijo Maya que no deseaba recordar lo sucedido.

-Lo entiendo.- Contestó entonces Carina que se había sentido incómoda por la negativa de contarle nada que tenía Maya.

-No te enfades, es algo muy doloroso en mi vida, prometo contártelo cuando me sienta preparada.- Confesó entonces Maya que seguía con sus caricias.

-Está bien, entiendo.- Dijo entonces Carina que en ese momento se dio cuenta de que era algo muy delicado.- Me encuentro bien así.- Aseguró la morena que tenía que decirlo.

-Yo también estoy bien, realmente no sé a dónde nos va a llevar esto pero no deseo pensarlo, al menos no de momento.- Dijo entonces la detective que seguía en la misma postura.

-Yo estoy igual.- Aseguro entonces Carina.- Me encanta estar aquí.

-Eso es bueno...- Dijo Maya sonriendo ligeramente.

-Supongo que sí.- Soltó también Carina sonriendo.

-Sabes... no soy buena en esto de los sentimientos y todo eso pero me gusta estar así y no quiero dejar de sentirme de este modo.- Aseguró Maya lo mejor que pudo.

-Somos parecidas en eso, en mi caso son las relaciones sociales las que no se me dan demasiado bien.- Aseguró Carina también.

-Pues puedo decirte que si se te da bastante bien otras muchas cosas.- Soltó Maya cogiendo el mentón de Carina y girándola hacia arriba para besarla.

Descubriendo el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora