Capítulo 18

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-¡Bambina!- Murmuraba Carina acariciando la mejilla de Maya que no abría los ojos.

-¿Qué?- Preguntó adormilada con voz ronca.

-Despierta, tienes que ir a la clínica.- Dijo la morena dando un beso en los labios de la rubia con cariño.

-¿Qué hora es?- Preguntó entonces Maya abriendo lentamente los ojos.

-Casi las 10 de la mañana.- Contestó Carina con una sonrisa en la cara.

-Es temprano.- Murmuró pasando sus brazos por el cuello de la médico forense para invitarla a subirse sobre ella.

-Yo tengo que ir a trabajar.- Dijo entonces Carina besando los labios de la detective suavemente.

-Vale...- Soltó Maya con resignación.- Pero necesito una ducha...- Añadió cambiando el tono de voz provocando una sonrisa en la otra mujer.

-No sabes que inventar para verme desnuda.- Bromeó Carina levantándose de la cama tirando de las sábanas.

-Ya no necesito excusas, ahora eres mi novia.- Dijo orgullosa la rubia dejándose caer sobre la silla aún desnuda.

Carina sólo rio para después empujar la silla hacía el baño. Una vez dentro Carina la ayudo a meterse en la ducha y la sentó en el banco que había preparado para ella. Maya por una vez no se sentía incómoda con la situación pues tener a la morena desnuda a su lado ayudaba notablemente.

-¿El pelo también?- Preguntó Carina que estaba metida con ella en la ducha.

-También, hicimos demasiado ejercicio ayer.- Aseguró Maya colocando sus manos en el culo de Carina empujándola hacía ella para besar su abdomen.

-Esas manos quietas.- Le regañó Carina abriendo la ducha dejando que el agua cayese sobre ambas.

-¿Cómo me pides que me este quieta con este cuerpo que tengo delante?- Dijo Maya como si fuese lo más obvio del mundo.

-Maya... tenemos cosas que hacer...- Soltó la mujer con resignación fingida.

-Prometo portarme bien.- Dijo Maya dejando sus manos apoyadas en sus piernas quietas.

-Eso no me lo creó, Bishop.- Aseguró entonces Carina comenzando a enjabonar a la rubia que gemía cada vez que la acariciaba.- No me provoques, tenemos cosas que hacer.- Añadió poniéndose un poco más seria viendo como Maya parecía ceder un poco.

Ambas se terminaron de duchar a duras penas mientras se hacían caricias y se robaban besos. Las dos estaban como unas adolescentes cargadas de hormonas que eran incontrolables. Carina ayudó a Maya a vestirse para después vestirse ella.

Por suerte un rato más tarde ambas estaban listas y esperaban a Dean para que llevase a la Maya a la clínica mientras Carina se iba a trabajar. La médico foresente hubiese deseado acompañar a la detective pero el doctor le había recomendado que las primeras sesiones las hiciese ella sola, así podría ir rompiendo todas las barreras que tenía sin presión.

Dean dejó a Maya en la puerta de la clínica y se marchó, a pesar de las quejas del hombre Maya no quería que se quedase allí. La rubia estaba nerviosa pero más decidida que nunca a luchar por recuperarse, no sólo por ella sino por Carina y toda su familia que estaban apoyándola desde el minuto uno.

-Buenos días, detective.- Dijo entonces el doctor que salió a recibirla.

-Hola.- Contestó ella acercándose hacía la zona donde se encontraba el médico.

-¿Cómo te encuentras?- Preguntó él empujando la silla hacía una de las salas.

-Mucho mejor y con ganas de empezar la recuperación.- Contestó Maya que sorprendió gratamente al hombre con su positivismo.

Descubriendo el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora