Descubriendo el amor.

Capítulo 3

-Tengo que marcharme.- Dijo antes de desaparecer del despacho.

Carina se quedó parada durante unos segundos, no sabía que había pasado pero le había encantado. No se creía que había sido ella la que había provocado ese movimiento de la rubia, porque había sido ella, con ese juego y esas preguntas había hecho que Maya atacase. Sus manos se movieron instintivamente hacia sus labios, los acarició lentamente para darse cuenta de que era real y que ese cosquilleo que en ellos había lo había causado ese torbellino que había conocido hacía tan solo unas horas.

Decidió ponerse a trabajar de nuevo, no podía dejar que ese beso la desconcentrase de su trabajo. Intentó olvidar todo lo ocurrido metiéndose en su trabajo pero no le estaba resultado nada sencillo, su mente viajaba a una velocidad que le producía vértigo. No sabía nada de Maya Bishop, si tenía pareja o si estaba casada, esa idea le produjo un estremecimiento por el cuerpo, pero siguió analizando y se dio cuenta de que acababa de ser besada por una total desconocida y que lo peor de todo era que le había encantado y se moría por repetirlo.

-¿Doctora Deluca?- La llamaba Atlman desde el laboratorio.- ¿Doctora Deluca?- Dijo aún más fuerte pero la rubia no parecía reaccionar antes sus palabras.- Doctora.- volvió a decir pero estaba tocando ligeramente su brazo para captar su atención.

-¡Sí!- Espetó con un gran sobresalto debido al susto.- ¿Qué necesita?- Preguntó mirándola con una sonrisa a modo de disculpa por su despiste.

-Tengo las pruebas de ADN de la víctima.- Dijo refiriéndose al cadáver que hacía unas horas había llegado a la morgue.

-Gracias, mándesela a la detective encargado del caso.- Soltó metiéndose en su despacho para aclarar sus ideas.

Carina paso el resto del día sin salir del despacho, por suerte no hubo más cadáveres que requiriesen su atención por lo que se pudo dedicar a relajarse y a poner en claro sus ideas y sus sentimientos pues aunque intentase negarlo esa rubia la había sorprendido y alterado a partes iguales.

A eso de las 7 de la tarde, Carina decidió dejar la morgue, todos sus ayudantes se habían marchado hacía una hora y tan sólo quedaba ella revisando algunos casos que el anterior forense había dejado inacabados.

Subió por el ascensor y se encontró con el detective Gibson que le sonrió y la invitó a salir junto a él a la recepción.

-¡Doc!- Dijo el detective antes de que esta se marchase.

-Detective.- Contestó Carina con una sonrisa en sus labios por el apodo.

-Puede llamarme Jack.- Dijo sonriendo él también.- Los detectives vamos a ir al bar de al lado a tomarnos algo para celebrar el cierre del caso, ¿Se apunta?- Sabía que no debía ser fácil integrarse en un nuevo trabajo y con esa invitación conseguiría que la mujer se sintiese más cómoda.

-Me encantaría.- Contestó la morena con una gran sonrisa en la cara, normalmente en los trabajos anteriores los de laboratorio era los raritos y ningunos de los detectives se atrevían a mezclarse muchos con ellos.

Gibson guio a Carina al bar habitual de los detectives, nada más entrar se encontró con varios oficiales que saludaban al detective pero que no conocía de nada, para luego pasar al grupo donde ya sí empezaba a sonarle las caras.

-Les presento a la doctora Deluca.- Dijo Gibson amablemente al ver que la mujer se encontraba fuera de lugar en ese momento.

-Dean Miller.- Dijo el hombre tendiéndole la mano a la joven con una sonrisa a lo que ella respondió con un asentimiento de cabeza y otra gran sonrisa.

-Travis Montgomery.- Dijo el otro hombre también siguiendo el mismo protocolo.

-Victoria Hughes pero todos me llaman Vic.- La mujer saludo a Carina con dos besos y un efusivo abrazo que la morena correspondió con gusto.