Veo como alejo a las personas.
Como les arranco lágrimas.
Como les produzco dolor.
El desprecio que le tengo incluso a las personas que aprecio, que las puedo contar con los dedos de una mano.
Como todos ven el lado contrario del charco y yo estoy atrás sola,
y trato de ver para entenderlos, pero me resulta imposible.
El sonido sale de mis cuerdas vocales y son como navajas hacia todas las personas que no ahuyento.
Todos quieren ayudarme, pero se les olvida que el vidrio roto corta.
Lo ven, pero no lo aceptan hasta que se cortan.
Entonces te culpan.
¿Y la verdad? Ellos tienen razón, es mi culpa, lo jodida que estoy no es culpa de ellos, es razonable que se alejen luego de darme un rayo de luz en toda esta oscuridad.
—¿Entiendes por qué alejo a todos los que se me acercan?
—Realmente espero que no—Me responde.
Y ahí es cuando sonrío.
Nota:
Si resulta ser como los demas (espero que si) leeran poemas sobre ella, A.
