-Ximenna – Escucho como me llaman pero no me despierto – Ximenna, despierta, es urgente –Ignoro lo que dice y sigo en mi sueño – Ximenna por dios que es posible que inferno este acá.
El sueño se que quita y me despierto de golpe.
-¿Qué dijiste? – Me quita la frazada de la cama y miro a Nahomi frente mío con una hoja en la mano.
-Llego un hombre a la casa, dijo que venía de parte inferno, me pidió explícitamente que te diera esto – Me extiende la hoja la cual tomo.
<Dentro de tres días saldremos, no quiero peros.
T>
La letra es perfecta y la armonía de estas me da paz. Me da un dolor de cabeza infernal al leer el contenido sumado por todo el alcohol ingerido ayer.
-Nena, estamos en problema – Las dos nos miramos sin decir nada.
Sabemos lo que se viene.
●●●
Tres días han pasado, en los cuales no tenemos señales de nada, estamos n tranquilidad pero a la vez alerta.
Me parece extraño no tener señales, no sé qué tiene en mente.
No he mencionado nada sobre el tema y solo espero que sepa que está haciendo.
Annie nos sigue pidiendo explicación sobre todo, pero ¿Cómo explicarle lo que está pasando si ni nosotras mismas sabes?
Cuando lo sepamos le diremos, y si esto involucra algo malo, que sé que si lo hay, tampoco quisiera meterla en lo que sea que estemos metidas Nahomi y yo.
Hace ya una hora, llego uno de los gorilas a decirme que el señor iba a venir por mí en una hora y media.
Me arreglo a mi manera al no saber a dónde me dirijo, con esta charla dejare claro todo y si es necesario hace escándalo, lo hare.
Me miro al espejo y sonrió, llevo una camisa manga larga de botones y encaje negra junto con un pantalón lizo negro dentro de mis botas altas de tacón y cuero. Me fascina lo que llevo puesto.
Cojo mi cartera al escuchar varios autos llegar.
Me asomo por la ventana viendo las camionetas y me apresuro en bajar.
Nahomi llega a donde estoy y me frena.
-Asegúrame que estarás bien, por favor.
-Tranquila, será rápido, tendré el teléfono a la mano por si se sale de control – Miro a Annie ver la película y sonrió – Distráela, no quiero que les pase nada – Ella iba a hablar pero la detuve – Quédate tranquila.
Salgo dirigiéndome al carro, me abren la puerta del auto y escucho a inferno discutir por llamada, no lo saludo y al estar todos dentro, avanzamos.
Veo todo desde la ventana, pensando a donde vamos y que se supone que haremos.
Llegamos a un edificio súper alto, miro a inferno a ver si dice algo, pero él me ignora y baja del auto, sin dejarme opción no me queda de otra que imitarlo.
Aun hablando por teléfono, se arregla el traje y al llegar a su lado, me toma de sorpresa cuando me agarra de la cintura para caminar hacia dentro.
Yo me dejo guiar, dentro todo es normal, varías personas saludan al hombre a mi lado con la misma reverencia, como si fuera un rey, nos adentramos en un ascensor y marcan el piso veintisiete, al llegar no puedo ocultar mi asombro.
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𝕻𝖊𝖈𝖆𝖉𝖔𝖘 𝖈𝖔𝖒𝖊𝖙𝖎𝖉𝖔𝖘
Rastgele-Deja de hacerme sufrir -La voz le temblaba y era baja. Se río y todos le siguieron. -A ver, un juego, si adivinas, te libras -Sonríe con malicia- Pero si pierdes podre seguir jugando contigo, ¿Que dices? Asintió para que prosiga. -Es mortífera...