Capítulo 7

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Música del capítulo: "The Golden Age - Woodkid"

*-*

A pesar de declarar que no puede cocinar ni para salvar su vida, Mo Xuanyu insiste en ayudarlo. No es una molestia. Lan Wangji le confía pequeñas tareas como picar y pelar y Mo Xuanyu las realiza bastante bien. El único desastre que Lan Wangji debe evitar es el aceite de chile. Tiene que mantenerlo fuera del alcance de Mo Xuanyu en todo momento o, de lo contrario, vertería la mitad de la botella en la comida. También tiene que evitar rozarlo en el reducido espacio de la cocina. Lo consigue, de alguna manera, y terminan con un almuerzo bastante pasable.

"¡Lan Zhan! ¡Es muy bueno!" Mo Xuanyu exclama, a pesar de que la forma en que puede saborear cualquier cosa menos las especias que agregó en su tazón está más allá del entendimiento de Lan Wangji. "Serías una buena esposa con esas habilidades culinarias", agrega con un guiño.

Lan Wangji no se atraganta con sus fideos, pero está cerca.

Los adolescentes llegan mientras Lan Wangji lava los platos. De repente, el apartamento está lleno y muy animado. Mo Xuanyu les cuenta a los chicos el plan de tocar Investigación para comunicarse con los fantasmas. Lo presenta de manera que les impide pedir permiso para venir y así no tener que rechazarlos. Lan Wangji queda impresionado.

Después, se ve arrastrado a una conversación sobre el cultivo. Responde preguntas sobre el uso mágico del guqin y la música en general. Los chicos escuchan atentamente. Sizhui vuelve a contar una historia que leyó sobre Lan Wangji. Lan Wangji nunca prestó atención a las cosas que se decían o escribían sobre él, pero era consciente de que en el largo tiempo de su vida se debían haber acumulado algunas historias. La que Sizhui trae a colación es sorprendentemente precisa.

"Hey, Sizhui, ¿cómo se llama esa guerra de cultivadores? ¿Aquella en la que los clanes se reunieron para luchar contra los malos?" Pregunta Jingyi.

Zizhen se anima. "Sí, aquella en la que luchó el hombre que podía resucitar a los muertos".

"¿Te refieres a la Campaña Sunshot?" Pregunta Sizhui.

El corazón de Lan Wangji se detiene.

"Sí, esa. Tú estabas ahí, ¿no?" Jingyi se vuelve hacia él.

"Hanguang-jun, cuéntanos sobre la Campaña Sunshot", suplica Zizhen.

"Cuéntanos sobre el nigromante", pide A-Ling. "Suena genial, pero se convirtió en un chico malo, ¿no?"

Cuatro pares de ojos hambrientos lo miran. Lan Wangji no puede hablar; respirar es bastante difícil. Se siente como si se estuviera ahogando en agua helada. Es paralizante y lo abarca todo.

"¿Hanguang-jun?"

Debería decir algo para no quedar mal. Sabe que si les dice a los chicos que no quiere hablar de esa parte de su vida, no se entrometerán. Pero no puede. No puede decir nada. Empujó violentamente esos recuerdos al rincón más oscuro de su mente, pero en el momento en que los adolescentes los rozaron con unas pocas palabras, brotaron, imposibles de contener.

A Lan Wangji le zumban los oídos y escucha gritos lejanos. La habitación que lo rodea se desdibuja, los rostros frente a él cambian.

Mo Xuanyu aplaude para silenciar las preguntas insistentes que llueven sobre Lan Wangji. El sonido atraviesa la niebla venenosa que llena la cabeza de Lan Wangji como un trueno.

"Basta de hablar", dice Mo Xuanyu alegremente, pero sin dejar espacio para la discusión. "Tenemos trabajo que hacer."

Los adolescentes gimen y se quejan, pero aceptan obedientemente las tareas que Mo Xuanyu reparte entre ellos.

Treinta y tres LatigazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora