Me recorría tanta ira por las venas, tantas ganas de golpearlo, no sabía exactamente como me sentía solo tenía claro la necesidad de hacerle sufrir como me había hecho.
¿Me estaré volviendo como el?No, Hanna tu no eres así por el amor de Dios, bloquea esos pensamientos.
De repente escucho una voz algo ronca que me saca de mis pensamientos.
–Hanna que es para hoy–Esa voz ya sonaba como solo un pitido dentro de mí, era bastante molesta la verdad.
Bajo sin dirigirle la palabra solo agradeciendo al chofer sí, era solo para molestarle.Ya estábamos en el aeropuerto, esperamos un rato sentados, no sabía bien como funciona ya que, nunca había estado en un avión.
Estaba aterrada por el hecho de volar, que por una vez en mi vida, esta no dependiera de mí.
Ya nos encontramos camino al avión, no se por qué el lugar se me asimilaba tanto a esas películas del futuro, eso me hizo sonreír débilmente, me paralizé por un segundo al sentir la mirada de Marck clavada en mí, me dío igual lo que pensara y seguí sonriendo a la nada.
Ya nos encontramos en nuestros asientos, para mi suerte o desgracia estaba del lado de la ventanilla, osea que podía ver todo, desde mi punto de vista estaba justamente del lado del ala del avión, con solo saber eso me comenzó a dar un pequeño ataque de ansiedad.
Comenzé a jugar con mis manos nerviosamente con la respiración entrecortada.
Él lo notó y solo colocó su mano sobre la mía, dándome una leve sensación de calidez que al instante se desvaneció torándose en preocupación por el hecho de tenerle cerca.
Al llegar a Madrid nos esperaba un coche con un chofer que me sorprendió, no vestía de negro si no un traje blanco de una tela semejante al satín.
Al auto lo reinaba un silencio incómodo, creo que se podría escuchar hasta mi propia respiración.
Al llegar a nuestro alojamiento, presencié una enorme mansión color hueso, unas enormes cristaleras antiguas pero muy bien cuidadas, se podía ver perfectamente el interior, un jardín donde el verde era el protagonista .Se respiraba paz a medida que nos adentrabamos en el lugar.
Nos esperaban una mujer de avanzada edad y dos jóvenes muy atractivos y bien arreglados en la puerta principal todos muy alegres y con cierto brillo inocente en sus ojos.
–Hola querido–Dijo la señora alegre–¿Como has estado?
–Hola abuela, esa no es la pregunta, la pregunta es ¿Que quiere de regalo mi abuela favorita?–dijo tiernamente Marck.
Nos adentramos en la casa mientras todos conversaban muy risueños, no sé si sería solo teatro pero se veían felices. Los jóvenes que se encontraban ahí eran primos de Marck trabajaban también en la empresa y habían viajado un poco antes que nosotros, uno era muy agradable y se le notaba buena persona se llamaba Líam o algo así, pero el otro aunque también se le veía alegre no se poqué pero tenía algo raro, no me inspiraba confianza.
–¿Y bueno y esta señorita tan guapa?–dice la señora Martha, abuela de Marck.
–Es mi esposa Ma–entrelazó su mano con la mía, un escalofrío recorrió mi cuerpo y creo que Líam lo notó.
–¿Alguien quiere un batido?–Dijo quedando en ridículo ya que nadie tenía ganas, pero creo que solo lo hizo para ayudarme.
Pasó el día muy rápido la señora Martha nos enseñó las instalaciones de la casa con mucha algarabía.Me llamó la atención que Marck pasara el día alegre pero todo acabó cuando llegó la hora de dormir.
–Hasta mañana–Dijo y tomó toda la cobija encima de él, se comportaba de una manera muy infantil la verdad.
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Recuerdos
Romance¿Que pasa si un día pasando casualmente por la calle te encuentras al posible amor de tu vida? ¿Si al día siguiente por un giro del destino se convierte en tu jefe? ¿Si es bipolar e insoportable pero te sientes atraída por el? ¿Si te ves prácticamen...