Capítulo 8: ¡Te Quiero a ti!

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Esa mañana Valentina escribía un artículo sobre una pareja que estaba a punto de celebrar el 42º aniversario de su boda, ellos huyeron el mismo día en que se conocieron y desde entonces sus vidas estaban unidas. La periodista leía lo que había escrito sin evitar pensar en Juliana y en la manera en que se sintió con solo verla segundos antes de llegar al altar.

Fue increíble el vuelco en su corazón, la manera en que se estremeció al ver su sonrisa por primera vez, todo lo que experimentaba su cuerpo con tener a la pelinegra cerca. Mirar sus ojos marrones era como perderse en un paraíso del cual no quería salir, escuchar sus palabras o sentir sus manos sobre la suya parecía una experiencia etérea y única.

- Escuchen esto – dijo la ojiazul a sus compañeras de trabajo y empezó a leer – Al preguntarle cómo sabía si funcionaría el amor a primera vista... La profesora Harrison respondió de manera científica: "Nunca se sabe. Nunca se está seguro, pero uno se arriesga de todos modos. La seguridad es para los que no aman lo suficiente" – se escucharon un par de suspiros.

- Eso es muy tierno – respondieron las dos chicas frente a ella.

- ¿Creen en el amor a primera vista? – dijo casi en un suspiro preguntándose a sí misma si eso era lo que sentía por Juliana.

- Bueno, ahorra tiempo – respondió una de sus amigas sonriendo.

- No, hablo en serio – aclaró la castaña – Que conozcan a alguien en una habitación y con una sola mirada puedan ver su alma – pensaba en todo momento en la morena de ojos marrones - ¿Creen que eso pueda suceder? – ambas pensaron algunos segundos y negaron vehementemente.

- No, imposible – respondieron y la castaña salió de su trance momentáneo.

- Tienen razón, eso sería un poco loco – volvió a fijar su mirada en el computador para continuar escribiendo.

Después de ese episodio con sus compañeras centró sus energías en su trabajo pues debía entregar aquel articulo antes de mediodía y tenía que apurarse si quería completarlo a tiempo. Estaba sumergida en el mismo cuando recibió una llamada inesperada de Héctor, su ex prometido, que al parecer había adelantado el regreso a Londres.

- Buenos días, ¿Cómo estás Valentina? – se escuchó la voz alegre del joven.

- Buenos días, Héctor – respondió con su acostumbrada amabilidad – Estoy bien ¿y tú cómo estás?

- Contento de estar de regreso – sonrió – echaba de menos el maravilloso clima londinense – dijo con sarcasmo haciendo reír a la ojiazul.

- ¿Qué tal estuvo tu viaje? Pensé que tardarías más tiempo en regresar por lo que me comentaste antes de irte – se puso de pie y caminó hasta una de las ventanas de la oficina para contemplar la ciudad mientras hablaba.

- Todo salió mucho mejor de lo planeado y por eso pude regresar antes – el joven mintió pues la verdad es que había regresado solo para intentar recuperarla. Su amigo Raymundo le convenció de que estar alejado le restaría puntos y que la actitud correcta era volver a luchar por su amor – pude convencer al inversionista con más facilidad de lo que creí y pues aquí estoy de vuelta.

- Esas son buenas noticias, me alegra mucho escucharlas – dijo con honestidad – Tu jefe estará muy feliz por tu desempeño, como siempre.

- Para Rob nunca es suficiente, pero el bono de comisión será enorme así que probablemente me deje en paz por algo de tiempo – ambos sonrieron sonoramente por algunos segundos – Valentina, me gustaría que pudiéramos ir a cenar mañana en la noche. Quiero darte unos regalos que traje de Paris para ti y tu familia – pidió el joven – Además, tenemos una conversación pendiente que me gustaría retomar.

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