Los rayos del sol pegaban fuerte en mi piel, dándonos la bienvenida a Los Ángeles. Al fin habíamos llegado, era hora del siguiente reto. Bajamos del avión no sin antes recibir comentarios bromistas de mi compañero por mi, obvio, falso y desacomodado cabello. Llegamos a la entrada del aeropuerto donde ya nos esperaba una camioneta negra, subimos nuestras maletas y después nosotros y comenzamos el camino a casa. Las palmeras y zonas verdes que adornan la ciudad me traía paz, a pesar de que iba camino a casa preferiría tardar mas en llegar, como ignorare el hecho de que vi esas fotos? Y como ignorare las mil y un preguntas formuladas en mi cabeza y mi forma tan transparente de ser? Simplemente no lo sé.
Tu: Quédate esta noche en casa -dije de la nada y al parecer interrumpiendo algo que decía Santiago que definitivamente no estaba escuchando.
Santiago: Que? -pregunto confundido
Tu: Quédate! Por favor... necesitó me salves por unas horas mas de este problema -dije suplicante
Santiago: Que acaso quieres que duerma en medio de ustedes dos?
Tu: No sería mala idea -dije en un susurro desviando mi mirada de la suya-
Santiago: No, estas loca!! -me miro aterrorizado-
Tu: Claro que no, no seas tonto! -volví a mirarlo.
Se formulo un silencio pesado pero sostuvimos nuestras miradas, como manteniendo la discusión/platica
Santiago: -gruño- de acuerdo, me quedare solo porque mi casa de la tuya queda retirado
Tu: Gracias – pude pronunciar en voz baja-
El camino a casa continuo en silencio, agradecida de ello comencé a controlar mis nervios, trataría con todo mi ser estar bien y llevar las cosas con calma.
El auto paro y el motor dejo de sonar lo cual hizo que volviera a tiempo real, ya estábamos frente a casa.
Santiago: lista? -dijo mirando por la ventana hacia la casa para después mirarme a mi. Nuestras miradas se cruzaron.
Tu: si, supongo... vamos
Abrí la puerta de mi lado para bajar de la camioneta y la cerré una vez que baje, me quede mirando aquella casa como recuerdo la vi por primera vez, una hermosa y enorme casa, la casa que siempre soñé tener. Respire profundo para armarme de valor y mover mis inútiles pies de donde estaba, Santiago se encontraba bajando el equipaje junto con el conductor del auto, me acerque a ellos para tomar el obsequio que había comprado para Nicole.
Santiago: Bien... como lo quieres hacer?
Tu: Tu ve a tocar la puerta y yo me escondo detrás de ti para darles la sorpresa
Santiago: de acuerdo!
Caminamos los tres, el chofer, Santiago y yo, hacia la puerta con maletas, nos detuvimos una vez que estuvimos frente a la puerta y Santiago toco el timbre de la casa.
Chofer: wow, que hermoso auto tiene señorita -dijo mirando hacia el lado izquierdo de la casa.
Gire mi cabeza hacia donde miraba y en efecto, estaba un hermoso Porsche Cayenne GTS en color negro, sin embargo ese auto no era mío, o de Nick, o al menos no me había comentado de ello. Mientras ambos mirábamos aquel lujoso auto la puerta de la casa se abrió y de inmediato puse mi mirada en la persona que abrió.
**: Oh hola, en que puedo ayudarte?
Santiago: -aclaro un poco su garganta- Hola, creo que nos confundimos de casa