𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 11.

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Las palabras de aquel ente eran ensordecedoras para él, su mente se había nublado por completo

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Las palabras de aquel ente eran ensordecedoras para él, su mente se había nublado por completo. Si antes se encontraba confundido, ahora lo estaba el doble y eso era un retroceso.

Sus manos picaban, sus pies dolían y la respiración del espectro llamado Jeongguk sobre su cuello sólo lograban aumentar su martirio.

"Suerte adivinando los roles de cada uno, amo"

¡Taehyung! —Gritó Seokjin sacándolo de sus pensamientos, lucía terriblemente desorientado y sudaba como si hubiera corrido un largo maratón.

Aún portaba el bate de béisbol, parecía estar atento a los movimientos del lastimado Yoongi.

—¿Qué les pasó? ¿Están bien?—Preguntó el pálido apenas en un suave susurro, se sentía cohibido por la intensa mirada del pelinegro sobre él.

—No te importa.

—¡Claro que me importa! ¡Debiste escucharme! ¡Te dije que hay algo peligroso acechando a cada uno de nosotros, en especial a Taehyung!

El recién mencionado cerró sus ojos mientras escuchaba la nueva discusión que se avecinaba entre sus mayores, estaba desgastado. Tanto que creía que en cualquier momento se iba a desmoronar sin ningún retorno de por medio.

"¿Qué te hace pensar que las personas en las que confías no son las que te lastiman?"

Lárgate de mi casa ahora, Min. —Advirtió Seokjin sosteniendo con firmeza la madera, Hoseok y Yoongi abrieron sus ojos con sorpresa ante el tono amenazante que yacía oculto en su voz.

—¿Vas a golpearme con eso? ¡Te digo que hay algo peligroso acechando a Taehyung y no escuchas!

—No lo repetiré de nuevo, lárgate ya.

Los dedos de Seokjin temblaron al mover el bate, Hoseok retrocedió jalando levemente la manga de su amigo.

—Vámonos ya, Yoongi.

—¿Y dejar a Taehyung con este idiota?—Cuestionó el rubio soltándose del agarre, soltó un quejido cuando intentó avanzar con las muletas. Bufó exasperado y quiso convencer una última vez al chico terco frente a él. — ¡Terminará muerto si lo dejo! ¡Y de paso terminarás muerto también, Seokjin!

Oh, amo. Te sugiero que digas algo antes de que aquí se haga un río de sangre.

Taehyung dirigió su mirada al lugar de donde provenía la tenue voz, tragó saliva observando a Jeongguk cómodamente sentado.

Él también lo veía de vuelta, sus oscuras pupilas clavadas en su garganta.

—¿Q-Qué ves?—Se atrevió a susurrar sin despegar su mirada del perverso ente, ambas pupilas mezclándose sin ninguna interrupción.

—Veo como desciende la manzana de Adán que portas, pasas demasiada saliva cuando estás observándome.

El rubio parece perdido con los ojos de Jeongguk, no puede dejar de verlo. De pronto se vuelve una necesidad observar aquella oscura profundidad en él.

—Sé lo que vas a decir. —Interrumpe el pelinegro en una suave risa antes de que Taehyung siquiera logre formular algo, Jeongguk inclina su cabeza y el contrario parece imitar su acción. —Dirás que pasas saliva porque tienes miedo pero en realidad puedo ver tu sucio deseo y es que me quieres entre tus piernas.

Taehyung frunce el ceño y siente la extraña intromisión, su cuerpo arde debido a los murmullos del peligroso espectro ante sus ojos. No sabe la sensación que pasa por su anatomía ni tampoco el porque no puede apartar su atención del pelinegro.

—Y también quieres estar entre mis piernas, qué goloso eres, amo. —Añade Jeongguk sin moverse de su lugar, se humedece los labios enterado de que los ojos del joven están sobre él, exageradamente expectante a sus movimientos.

—¿Tú...lees todas las cosas que pienso? ¿Qué es lo que me pasa?

El guapo azabache vuelve a reírse, la expresión confundida de Taehyung le causa gracia. Luce como un pequeño ciervo desorientado entre una multitud, Jeongguk se acerca de manera cautelosa hacia el chico, torturando su paciencia.

Taehyung sólo puede pensar en algo, ¿por qué tarda tanto Jeongguk para llegar a él?

—Sientes lujuria por mí, amo.

—Nunca ví un rostro como el tuyo en toda mi vida, eres..extrañamente exquisito, Jeongguk. —Declara Taehyung vulnerable dejando que aquel azabache coloque sus majestuosas manos alrededor de su anatomía, puede sentir las largas uñas del contrario rozar la piel de su cadera y él no se queda atrás. En un acto impulsivo logra sostener las mejillas de Jeongguk entre sus manos y joder, son tan suaves que sólo lo incitan a inclinarse para terminar con su agonía y degustar los rojizos cerezos que parecen llamarlo a gritos para pecar.

—Sabes la condición para tenerme, debes caer por mí, amo. —Murmura el ente desde aquellos cerezos llamativos, su voz única, como si saliese de un cántaro gemebundo.

Taehyung se sentía completamente extasiado.

Pero eso no duró mucho pues una particular voz se colocaba en su mente.

—¡Hey! ¡Taehyung! ¡Kim Taehyung!

Y el llamado logra sacarlo afortunadamente de su larga ensoñación, la imagen de Jeongguk se desvanece al igual que los fascinantes toques. Taehyung cierra sus ojos con fuerza tratando de procesar todo lo ocurrido hace unos momentos atrás, las manos de Seokjin sobre su espalda lo reconfortan.

—Vámonos, iremos por algo de té y por un par de aspirinas. —Le menciona el mayor tomando sus llaves y billetera, antes de llegar a la puerta se detiene girándose para verlo. — Necesitamos al menos un poco de paz fuera de la casa, tal vez sólo estemos demasiado agobiados.

Oh, Kim Seokjin. Sigue intentando poner patéticas excusas.

Pero soy tan real como tú.

Sí, hyung, salgamos.

El rubio asiente dedicándole una mirada a la habitación dándose cuenta de que Hoseok y Yoongi ya no estaban ahí.

¿Cuánto tiempo estuvo absorto en esa ensoñación? ¿Acaso estaba en algún trance?

Al parecer sólo él y su mente confundida están en aquella casa.

¿En qué estaba pensando al mirarlo a los ojos? Se siente tan estúpido, estuvo a segundos de caer en el laberinto que Jeongguk armó.

Taehyung debía ser inteligente y era una complicación serlo si el ente estaba dos pasos más adelante, tendría que ser más cuidadoso que nunca con sus palabras y la forma en que se dirige al ente.

Pero él tenía una ventaja en ese extraño vínculo que Jeongguk mencionaba con tanto fervor y le repetía constantemente.

Él era el amo.

DON'T MOVE 랑, GGUKTAE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora