𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 12.

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A la noche siguiente, Taehyung se asegura de al menos colocar cinco aspirinas completamente en polvo al vaso de Seokjin

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A la noche siguiente, Taehyung se asegura de al menos colocar cinco aspirinas completamente en polvo al vaso de Seokjin. Las mismas aspirinas que su hyung compró para que ambos calmaran un poco sus nervios y el terrible dolor de cabeza.

—Esto no te matará pero te hará dormir lo suficiente para darme tiempo. —Susurra el joven rubio para si mismo, observa con atención como el cuerpo de su hyung se desliza suavemente hasta dar con el suelo. Por un segundo piensa en arrepentirse pero no, ya es tarde para querer retractarse. —Lo siento, hyung. Pero necesito respuestas que sólo alguien puede darme.

Taehyung respira varias veces tratando de tranquilizarse un poco, tiene que mantenerse sereno y estable para poder estar un paso más adelante que Jeongguk.

Aunque siente ligeros temblores en su cuerpo a causa del temor, joder, está que se desmaya ahí mismo.

Respira nuevamente y se contiene lo necesario.

—Jeongguk, solicito de tu presencia ahora mismo. —Lo dice finalmente sin titubear ni una vez, sus ojos cansados se mantienen alrededor de la sala que está totalmente en la oscuridad. —Quisiera hablar contigo un momento, por favor.

Y lo sabe.

Sabe que el ente atiende a sus llamados cuando su piel se estremece y observa unos ojos oscuros clavados en su persona.

Amo mío.

Taehyung no responde, en cambio se obliga a tragar saliva fuertemente y evita mirarlo por más de diez segundos.

No desea perderse de nuevo en el laberinto tentador de aquel demonio porque sabe que en una segunda vez no podrá salir definitivamente.

—Jeongguk, estaba esperándote.

—Y aquí me tienes, ¿en qué puedo ayudarte?—Cuestiona el pelinegro tomándose el atrevimiento de sentarse a un lado del cuerpo inconsciente de Seokjin, suelta una sonrisa traviesa mientras mira a Taehyung. —No creí que algún día pasara por tu cabecita hacer algo como esto, mi pequeño amo.

—Yo sólo hice que durmiera para poder llamarte.

Jeongguk desliza sus falanges por la mejilla de Seokjin, frunce el ceño por unos instantes pero rápidamente vuelve a la misma expresión que utilizó segundos atrás.

—Sabes que atendería todos tus llamados sin falta pero espero que sea algo importante, me has interrumpido en un momento especial.

El rubio esboza un gesto confundido y casi se cruza por su cabeza la idea de cuestionar a lo que se refiere, Jeongguk parece notarlo porque se levanta de su lugar y se acerca a pasos lentos.

—Me invocaron para un rito satánico, deberías haberlo visto, la vieja miserable estaba tan desesperada por el amor de un hombre que me ofreció a su propio hijo de seis años. —Expresa el pelinegro con entusiasmo como si estuviera contando alguna película de acción que vió.

Taehyung sólo puede pensar en que el mundo está lleno de personas tan crueles e inhumanas que se desquitan con personas inocentes tan sólo por razones deplorables.

—¿Tú..Tú aceptaste?—Logra cuestionarle en medio de tartamudeos, genial, ha perdido la valentía que tenía.

—Me interrumpiste en el mejor momento, amo. Tengo que venir de manera obligatoria cada vez que hagas un llamado por mí. —Él responde pasándose la lengua húmeda por sus cerezos rojizos, el joven rubio desvía sus ojos del ente cuando comienza a mirarlo de más.

Joder, de nuevo está intentando hacerme enloquecer.

Maldita sea, Taehyung. Sólo debes resistir, ¡te hiciste pajas toda tu vida hasta que a los dieciséis finalmente conseguiste un novio! ¡No puedes sentirte caliente sólo por verlo lamerse los labios!

Aunque si lo pienso, es un demonio malditamente atractivo. La lujuria es su juego favorito así que podría verlo sólo ahí de pie y le rogaría que me pise.

Demonio llamando a humano tonto, me llevaré tu alma.

La voz insistente de Jeongguk interrumpe sus pensamientos estúpidos.

—Oye, creí que te habías dormido con los ojos abiertos. Con eso de que te he visto conciliar el sueño así, por lucifer, casi te conviertes en el primer humano en darme un susto.

Taehyung siente su cuerpo arder pero no sabe si es por la vergüenza o por pensar de maneras indebidas sobre el demonio.

—¿Puedo preguntarte algo? Es importante y por eso te he citado aquí.

Debe aprovechar el estado amigable en el que está Jeongguk, tal vez así pueda obtener respuestas. Sólo debe ser respetuoso, decir un par de palabras bonitas y obtener lo que quiere.

La risa del espectro resuena por la habitación en apenas unos ecos, Taehyung siente su corazón acelerarse porque no logra descifrar la causa de su diversión.

—Estás tomando demasiada libertad conmigo, amo mío. ¿Qué te hace pensar que puedes obtener respuestas, mh?

El joven humano titubea un poco pero aprieta sus puños para calmarse, no debe doblegarse, no puede. Así que se arma de valor y clava sus expresivos ojos sobre él.

—Porque soy tu amo. —Se jacta directamente sorprendiendo inesperadamente al contrario, claro, algo que no duró mucho. —No quiero ser irrespetuoso contigo pero independientemente del vínculo creado, aún sigo siendo tu amo.

Jeongguk se ríe.

—En realidad mi verdadero amo es lucifer pero sí, en teoría lo eres tú ahora porque me invocaste en primer lugar y creamos un lazo. —Le menciona cuidadosamente y su sonrisa socarrona parece desaparecer antes de fruncir su entrecejo y mirar con rabia al humano. —Debes saber que aún así no tienes tantos beneficios, mi pequeño amo.

—No quiero nada más de ti, sólo respuestas es lo único que pido.

—No puedo responder tantas cuestiones, creo habértelo dicho.

—Pero no te estoy invocando para obtenerlas, ahora tenemos un vínculo en común, Jeongguk-ah. —Intenta persuadir Taehyung con delicadeza pues no quiere hacerle enfadar aunque a juzgar por el rostro del ente, puede asegurar que ya lo está. —Por favor, lo único que quiero saber es a que te referías sobre Jimin y mis amigos. 

—Sólo responderé tres preguntas y debes ofrecerme algo a cambio por el rito que me hiciste perder hoy, ¿entendiste, pequeño amo?

El pelinegro contiene la sonrisa burlona que amenaza con salir, sabe perfectamente que su pequeño ciervo no podrá conseguir una ofrenda de las que exige. Kim Taehyung nunca se atrevería a mancharse las manos de sangre.

Está seguro de que olvidará la tonta insistencia en sacarle información del inservible Park Jimin.

—Entendido..

—En ese caso, me retiro ahora mismo, debo conseguir un rito más por culpa tuya. —Expresa acercándose con cautela al joven humano, se permite pasar sus falanges por la barbilla ajena en una efímera caricia dolorosa que hace a Taehyung quedarse quieto en su lugar. —Te veo pronto, amo mío.
Oh, ¡por cierto! Deberías revisar a tu amigo antes de que mi querida amiga la muerte se lo lleve a su hogar, eh.

Y desaparece en un instante así como llegó.

Taehyung respira agitado y se apura a correr con Seokjin colocando sus dedos sobre su cuello.

Mierda, no tiene pulso.

DON'T MOVE 랑, GGUKTAE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora