Ianthe. - Bill Weasley.

Quince.

Contenido de adulto.

Ya estaba bastante borracha.

Hay muchos pensamientos que no sabes sobre mí.

Soy muy directa.

Soy torpe.

De acuerdo, tal vez sepas esas cosas.

También soy un peso ligero. No sé cómo manejar mi alcohol y mis amigos siempre se ríen de ello.

¿Por qué Gryffindor decidió organizar una fiesta un lunes por la noche cuando hay escuela al día siguiente?

No tengo ni idea, pero es una fiesta y puedo beber, así que no soy quejumbrosa.

"Él es tan caliente." Gemí, echando mi cabeza contra el hombro de Brighton mientras estábamos sentados en el sofá, su mano en mi rodilla y mi brazo descansando sobre su hombro.

Mis ojos estaban puestos en Bill.

Estaba sentado en las escaleras que conducían al dormitorio de los chicos, bebiendo de una taza roja, escaneando lentamente la habitación y las personas en ella.

"Y es soltero." Gemí de nuevo, escuchando a Brighton reír mientras se llevaba su propia taza roja a los labios. "Brighton... está soltero."

Brighton me miró mientras le hacía un puchero.

"Ambos comienzan con una 'B'." dije mientras mis ojos se abrían mientras miraba su rostro. "Bill... y Brighton. Brighton... y Bill. Billighton."

Solté una carcajada, una vez más golpeando mi cabeza contra su hombro.

"Creo que has bebido bastante." Brighton dijo mientras soltaba mi rodilla para agarrar la taza de mi mano. Luego se bebió el contenido y el de su propio vaso.

"Debería ir a hablar con él." Dije. "Se ve solo... ¿no crees?"

Brighton miró a Bill.

"Tal vez un poco..."

"¿Está bien si voy a hablar con él?" Pregunté, pasando una mano por la nuca de Brighton mientras inclinaba la cabeza. "¿Hmm? No quiero dejarte sentado aquí solo si te sientes solo."

Se rió entre dientes y volvió la cabeza para mirarme.

"Ve a hablar con él lan. Tal vez trates de no avergonzarte como tú aunque normalmente lo hagas."

"¡Ay!" Puse una mano contra mi corazón. "Me estás lastimando."

Puse mi mano contra su hombro, apoyando mi peso en él mientras me levantaba para ponerme de pie.

Brighton se inclinó para colocar las tazas en la mesa del sofá y luego me dejó espacio para pasar.

"No te caigas... no te caigas... no te caigas." Murmuré para mí misma, extendiendo los brazos a los lados para mantener el equilibrio mientras caminaba.

Bill me notó y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios mientras miraba.

"¿Vienes a unirte a mi divertida fiesta en las escaleras?" Preguntó, moviéndose un poco para dejarme espacio.

Me reí, luego tropecé, pero extendió su mano libre para agarrar mi muñeca, guiándome a sentarme a su lado.

Se bebió el resto del líquido en su taza antes de convocar la botella de whisky de fuego de la mesa de bocadillos, llenando su taza.

"¿Crees que es prudente?" Pregunté, apoyándome contra la pared de modo que estuviera frente a él, con la pierna doblada en el escalón debajo del que nos sentamos, mi otra pierna estirada detrás de su cuerpo.