Capítulo 31

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Alessia

Mis ojos no creen lo que ven.

Frente a mí se encuentra la mujer que me dio la vida, su cabello negro cae por su espalda y su cuerpo está envuelto en un traje especial negro.

- ¿Qué estás haciendo mamá?

Ella sonríe perversamente y me alejo lo más posible.

- Matarte, eso es lo que intento hacer.

Mis ojos se llenan de lágrimas y el miedo recorre mi sistema. No puedo creer que esta sea mi madre.

- ¿Por qué? ¿Qué te hice? no lo entiendo, soy tu hija...

Me apunta con su dedo intentando acercarse y retrocedo encima de la cama.

- Me quitaste a Iván.

Mis ojos se agrandan por la sorpresa y la confusión se extiende dentro de mi.

- ¿De qué estás hablando? ¿Qué tienes que ver con él?

Queda a mi lado y extiende su mano.

- Un gusto soy Agata Smirnov, mujer de Iván Vólkov.

Me quedo en blanco y no sé que expresión poner.

- Tú eres Antonella D'angelo ¿De qué mierda hablas?

- Sí, también soy Antonella D'angelo es mi nombre en la sociedad conocida, pero mi verdadero nombre es Agata.

La miro con incredulidad.

- Eres una zorra...

- ¡Cuidado con cómo me hablas pequeña puta!

- ¿Lo quisiste?- me mira confundida- A papá ¡¿LO QUISISTE?!

Me levanto enfurecida y por un instante veo el miedo en sus ojos pero lo oculta.

- Podría decirse que sí y a ti también, pero Iván tuvo que fijarse en ti.

- Eres una mierda, maldita zorra.

Me da una cachetada que me envía al suelo.

- La única zorra eres tú.

- TE ODIO, OJALÁ TE MUERAS ZORRA, ESPERO QUE MI PADRE TE ARRANQUE LOS JODIDOS OJOS.

En eso la puerta se abre bruscamente dándole paso a Iván que viene con una mirada preocupada, la cual cambia a furia cuando me ve en el piso con la mano en mi mejilla.

Mira a mi "madre" con enojo y ella se encoge como un cachorro mojado. La toma del cuello y la estampa a la pared.

- Te advertí que no la tocaras, malditamente te lo dije- le cuesta respirar y su rostro se vuelve rojo por la falta de oxigeno- Vete antes de que te mate, puta de mierda.

La tira al lado de la puerta y ella se arrastra saliendo de la habitación.

Me pego a la pared abrazando mis rodillas mientras tiemblo sin control, debo calmarme por el bebé...

Respiro una y otra vez pensando en los ojos de Francesco y solo así logro volver a la normalidad. Iván me mira con cautela y lo único que hago es levantarme y quedar frente a él.

- Pequeña...- no termina su frase cuando lo interrumpo con una sonora cachetada.

Golpeo su pecho con furia y él no hace nada para detenerme.

- ¡¿Mi madre?! ¡¿Enserio?!

- Princesa...- exploto cuando lo dice.

- NO ME LLAMES ASÍ.

Aunque Me OlvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora