Cumpleaños, Libos y The Beatles

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Afortunadamente, Madam Pomfrey fue capaz de deshacer el maleficio con unos cuantos golpecitos de su varita. De todos modos les dio un sermón sobre el mal uso de la magia peligrosa.

— ¡Como si hubiésemos querido vernos como pie grande! —se quejó James mientras dejaban la enfermería, su piel aún cosquilleando por el crecimiento del pelo.

—Tiene que haber sido Severus. Cubrió los dulces en una de sus pociones, estoy seguro. —Sirius se puso furioso al decirlo.

—Sí, todos los sabemos, amigo. —respondió James — No te preocupes, se la vamos a devolver.

— ¡Lo siento! —se lamentó Peter, por enésima vez — ¡Realmente pensé que eran de mi mamá!

—Está bien, Peter. —James le dio una palmadita en el hombro — Solo me hubiese gustado que nos los dieras a primera hora un lunes – al menos podríamos haber faltado a Transformaciones.

— ¡Exijo un castigo justo! —gritó Sirius, levantando su varita dramáticamente. Remus se rio, James también.

— ¡Y la tendrás! —respondió, empujando sus gafas hacia atrás en su nariz —. La paciencia es una virtud, Black. Una venganza como esta toma su tiempo. Supongo que no tienes otra idea brillante, ¿Remus?

—Lo siento. —Remus sacudió la cabeza. Su corazón aún latía del terror de aquello. Si hubiese visto a Snape en ese momento lo habría estrangulado; qué importa jugarle una broma.

—Te ayudaré, James. —Peter empezó a hablar de pronto — Haré lo que sea. No tendré miedo esta vez, yo…

Estaban por doblar en la esquina que daba a la torre de Gryffindor cuando alguien por detrás llamó.

—Sirius.

Los cuatro chicos voltearon. Sirius hizo un pequeño sonido de susto. Era Bellatrix Black.

— ¿Qué quieres? —preguntó, mirando hacia abajo y arrastrando sus zapatos en el piso de losa. Era la postura más no-Sirius imaginable, pensó Remus. También notó que James dio un paso adelante, parándose hombro a hombro con su amigo.

—Ven aquí y dirígete a mí como se debe. —dijo bruscamente la de séptimo en respuesta.

Sirius no se movió. Bellatrix sacó su varita. Remus se sorprendió, y por primera vez desde que estuvo en Hogwarts, se sintió asustado.

—Ven aquí —dijo, en voz baja — o te obligaré. Y no será un pequeño e infantil encantamiento para hacer crecer pelo, lo prometo.

Sirius caminó hacia adelante, sacudiendo su cabeza hacia James, quién intentó seguir. Todos miraron a los primos hablar en voz baja al final del pasillo por largos, incómodos minutos. Sirius apenas levantó la vista del piso todo el tiempo. Finalmente, ella le dio unas palmadas en la cabeza, luego se dio media vuelta y se fue. Todos exhalaron, aliviados. Sirius caminó de vuelta a ellos tembloroso.

En silencio, todos entraron por el hueco del retrato y se sentaron en su habitual sofá.

— ¿Todo bien, Sirius? —preguntó James, primero.

—Sí. —asintió, viéndose más pálido de lo usual — Ella um… quería invitarme a tomar el té. En mi cumpleaños. Creo que mi madre la debió obligar, probablemente le dio una conferencia familiar. Intenta traerme de vuelta al redil.

— ¿Solo porque estás en una casa diferente?

—Y por la compañía que mantengo. —Les sonrió arrogantemente a todos ellos.

— ¿Y cuándo es tu cumpleaños?

—En dos semanas. El tres. Tengo que ir a tomar este té, de igual forma. Bella no estaba bromeando acerca de saber unas cuantas maldiciones bastante viles.

All The Young Dude I "Remu's Perspective"  (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora