El hombre arrogante

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Sólo habían pasado unas semanas desde el entierro de mi padre, pero no hubo tiempo de guardar luto.

Los grupos enemigos atacaban casi a diario.
Creían que sin el gran Eun Nol, su territorio se encontraba desprotegido.

Ahora que solo quedábamos mi abuela y yo, era mi deber protegerla y mantener a salvo el gran legado que mi padre nos dejó.

Aunque algo o mejor dicho alguien me distraía de mis deberes, un joven y guapo guardia que trabajaba para mí.

Al verlo mi corazón se aceleraba, él parecía notarlo porque se sonrojaba rápidamente y esquivaba mi mirada.

Él era increíblemente fuerte, tenía unos ojos verdes que me recordaban al gato que tuve cuando era niña.

Estaba en el balcón de la oficina que un día fue del gran Eun Nol, pero ahora era mía, lo observaba con atención. A la distancia podía notar que estaba cómodo y relajado compartiendo bromas con otros guardias.
Solo podía pensar en ¿cómo se sentiría estar en sus brazos?

De pronto mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de mi abuela.

- Lya Nol, ¿dónde está tu cabeza?- dijo mientras me sonreía amorosamente.
- ¿Me creerías acaso si te dijera que no lo sé?
- ¿Estás nuevamente pensando en ese hombre?- su mirada se tornó fría y distante.
- Abuela, ¿a qué hombre te refieres?
- A aquel que admirabas desde el balcón de tu habitación cuando no eras más que una niña... ¿existe algún otro?
- Abuela, he dejado de pensarlo hace algunos años, desde ese día que me propuso huir juntos y me negué... - mis ojos se inundaron en lágrimas al recordarlo.
- Querida, no deberías llorar por un hombre, hay muchos peces en el mar, cuando tu abuelo me conoció... yo estaba perdidamente enamorada de otro hombre, pero él sólo me miró y me dijo "serás mi esposa" no tomó en consideración mis sentimientos, el amor no lo es todo en esta vida.
- Lo sé abuela, no hay lugar para el amor en la vida que elegí... En este ambiente dónde solo veo hombres morir, guerras territoriales, dónde he perdido a mis dos padres incluso a mi amado tío, no hay lugar para sentimientos.
- Estoy orgullosa de que lo hayas entendido. Recuerda cariño, eres una hermosa y joven mujer, puedes tener al hombre que quieras pero sin entregar tu corazón.
- Abuela, ahora que lo dices... existe un hombre que quiero, ¿qué posibilidad existe de tenerlo una noche sólo para mí?- dije señalando por la ventana al joven guardia.
- Cariño, él ya está rendido ante tí ¿quieres que lo mande llamar?
- Sí, quiero.
- Bien, te lo enviaré ahora mismo. Sólo recuerda Lya Nol, no entregues ni tu corazón ni tu alma. Espero que te diviertas esta noche y mañana puedas estar concentrada en el asunto realmente importante.

Mi abuela salió de la oficina, pero sus palabras quedaron grabadas en mi mente.
Ella tenía razón, podía pasarla bien sin darle a nadie el poder de destruirme entregándole mi corazón.

Poco después él tocó la puerta.
- Adelante- dije sin levantar la mirada de los documentos en mi escritorio.
- ¿Necesita algo, señorita Nol? ¿Porqué me mandó llamar?
- Has trabajado para mi familia por varios meses, dime ¿cuál es tu nombre?
- Me llamo Jake Nabim, señorita Nol.
- Bien Jake, primero hoy llámame Lya...
- ¿Lya?... - Podía notar la confusión en su mirada.
- No me gustan los rodeos querido Jake, sé que te sientes atraído por mí- dije sin titubear.
- Señorita, mm Lya, no es...
- ¿Acaso intentarás negarlo? No te preocupes, yo también te deseo.

Su rostro pasó de estar pálido a completamente rojo en solo unos segundos.

- Bien, te diré una cosa Jake... no me gusta mezclar mi vida privada con la profesional, pero esta noche será la excepción. Pasaremos la noche juntos, pero mañana todo volverá a la normalidad ¿estás de acuerdo?

- Solo... ¿solo será una noche? ¿qué pasaría si... bueno si quisieras repetirlo?

- Creo que te tienes mucha confianza. Eso me agrada, de querer más, te lo diré. De lo contrario, no me vas a dirigir la palabra y seguirás esquivando mi mirada como acostumbras hacer... Ahora vete, te espero esta noche después de cenar. Mi habitación es la que está al final del pasillo, con la puerta azul.

- Está bien Lya, ¿puedo siquiera besarte... antes de irme?

-No, pero acércate un segundo.

Él titubeó nervioso, pero caminó hacia mí. Se acercó pero aún así mantenía una distancia prudente.

Me daba ternura y gracia ver su expresión ansiosa y tímida.
Acorte la distancia entre nuestros cuerpos y lo besé como si nuestras vidas dependieran de eso.

Él se sorprendió, pero rápidamente cruzó sus fuertes brazos detrás de mi espalda para acercarme más y más.

El beso se volvió apasionado, nuestras respiraciones agitadas sonaban al compás de los acelerados latidos de nuestros corazones.

Era mejor parar antes de que perdiera el control, así que me aparté de él.

Su mirada estaba encendida, sabía que él también necesitaba más.

- Te espero esta noche Jake, espero que sepas cómo complacer a una mujer exigente. - le dije mirándolo fijamente.

- Volverás a mí por más Lya, créeme- dijo con una sonrisa altanera mientras cerraba la puerta.

Ja, qué hombre tan arrogante pensé mientras notaba la hinchazón de mis labios. Definitivamente querré más de él, si resulta ser tan buen amante como besador.

Ha pasado mucho tiempo desde que alguien me besó de esa manera, con tal intensidad.
Hasta ahora sólo Song Miu pudo acelerar de esa manera mi corazón con un simple beso.

Con una pequeña diferencia, yo sabía que estábamos completamente enamorados. En cambio con Jake Nabim, no era más que lujuria, que estuvimos reteniendo, intentando esconder nuestro deseo mutuo por varios meses.

Ja, que hombre tan arrogante... volví a pensar al recordar la forma en la que me había hablado hace un momento.

Pero... ¿porqué me encuentro pensando en él? ¿Será acaso que me recuerda a mi amado Song Miu? Tonterías, no pierdas tiempo pensando sandeces Lya Nol, me dije a mí misma, creí que ya tenía claro que no hay lugar para el amor, en la vida que elegí.

Reina de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora