Con el tiempo conoció más sobre las sirenas. Más allá de lo que la gente solía decir. Hay diferentes especies de sirenas, Tom era una combinación rara que, por más que le dijera, nunca lograría decir ni comprender con facilidad, pero sabía que había sirenas tiburón, sirenas delfín y una variedad de nombres extraordinarios.
También aprendió lo difícil que era comprender lo que Tom dijera bajo en agua. Era el mismo idioma... pero las pronunciaciones eran diferentes para que se logrará entender. Harry era un asco, si le preguntan.
—¿Todos son así de hermosos? —preguntó una vez que se sentó en la arena, Tom a su lado mientras movía su aleta a la orilla del mar.
—Si te digo que sí, ¿le prestarás atención a los demás? —Se acostó boca abajo, acomodó su barbilla en sus manos y miró sobre sus pestañas. Harry se sintió mareado tan sólo con una simple mirada.
—¿Por qué lo haría? —susurró acercándose más hacia su amante, quien sonrió complacido por la respuesta.
Monogamia, eso le había dicho Tom al respecto de la vida amorosa de su especie. Aunque, más que especie, de su condición.
¿Qué condición? Tom todavía no estaba lo suficientemente cómodo para explicárselo, y él lo entendía. Lo que menos quería era que su tritón se sintiera incómodo o inseguro en su presencia.
Por otro lado, él estaba seguro que lograba comprender a Tom. No sabía si el ser humano era monógamo, pero sí que no quería alejarse de él, no quería que otra persona se acercara así como lo hacía él. No quería que su tiempo al lado del otro se acabara.
El ojirojo se inclinó y le dio un suave beso en los labios, de esos besos que llevaban meses compartiendo a escondidas. Cuánto quisiera que todos pudieran ver el tipo de amor que se profesaban.
—Puedo ir contigo y los humanos.
No era pregunta. Pero ahora su mente estaba procesando si era algún tipo de sugerencia, comentario o una realidad como tal.
—¿Harry?
Miró los ojos de su amante. Bien, puede que fuera una sugerencia y una realidad.
—¿Cómo? —susurró sin saber exactamente qué decir. Tom era un tritón, si algún humano lo veía... Bien, posiblemente fuera sushi en unos cuantos minutos.
Sí, bien, a Harry le gustaba el sushi... pero no sushi de Tom.
—Mi padre me lo permitió.
El padre de Tom, otra incógnita que le gustaría descubrir. El contrario nunca hablaba de su familia o su lugar de origen, simplemente decía algunas curiosidad generales, las cuales podrían incluir a sirenas y tritones de todo el mundo.
—¿Tom...?
—Dijiste que te gustaría despertar a mi lado, supongo que no hablabas de los dos dormir en la playa, así que... Padre me dio su bendición.
Bien, eso sonaba a que su relación había sido aceptada por alguien. Su pecho parecía estar feliz por eso.
Aún así...
—No puedes, no hay mar o algo parecido, tampoco es como si pudieras caminar con tu cola... ¡Si te ven te hace sushi! —comenzó a decir preocupado, no sabía cómo actuaría los ciudadanos al ver un tritón después de varios años odiando a las sirenas por haberles quitado a sus seres amados.
—Soy una criatura mágica, Harry. No es algo que no pueda hacer.
Dicho eso, Tom movió su mano, con su dedo índice dibujando algún tipo de patrón en el aire antes de que todo se volviera raro.
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Hasta la profundidad.
Fanfic« Solían decir que las sirenas eran un mito. Solían decir que encantaban a los marineros para luego sumergirlos en el mar. Decían que no podías salvarte de una cuando ésta te ponía los ojos encima. Para Harry Potter, el príncipe del reino, ésas eran...