» Cuatro «

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Cuando despertó sin que Tom estuviera en su pecho, Harry se sintió anormalmente extraño. Claro, no pasó mucho cuando el tritón llegó cargando un par de cosas antes de dejarlas a un lado de la cama.

Los dos se miraron y sonrieron, Tom parecía un poco más compuesto que Harry, aunque era otra cosa normal. Si en la tierra su cabello era un desastre, ahora en el mar sólo podía flotar en cualquier parte.

No sabía cómo le había Tom y los demás habitantes para que se vieran completamente peinados.

—Traje algunos suéteres y uno que otro accesorio —informó el príncipe del lugar con ánimo.

Un ánimo que no mostraba fuera de las habitaciones, Harry suponía que los papeles se habían volteado. Tal vez las sirenas no tenían tantos estereotipos como los humanos, pero ver a alguien de su especie con un humano podría ser algo extraño.

" Un tritón dragón y un tritón tifón de Lerma, que escándalo. " Se repitió en su mente las palabras del Rey.

Tal vez también había algún tipo de resentimiento con algunas especies.

—Levántate, tienes muchas cosas que probarte —dijo Tom con una sonrisa.

Los dos sabían que estaban repitiendo la escena, pero ahora habían intercambiado papeles. Rió feliz, definitivamente Tom llegó para cambiar algo en él.

Se pusieron manos a la obra, Harry vistiéndose y desvistiéndose. Si debía decir qué era lo que más le gustaba de la experiencia, definitivamente diría que eran los diversos accesorios para su cola.

Unas pequeñas perlas se habían agregado en su aleta, haciendo un juego estupendo reflejando la luz y las sombras entre sus capas. No se sentía pesado ni nada, como habría pensado antes.

Otra cosa que decidió quedarse fue un ligero suéter tipo top. Había decidido quedarse con ése cuando notó la mirada que le lanzó su pareja desde su lugar en la cama. No le importaba las demás sirenas y tritones, lo que le importaba era que su Tom lo encontrará atractivo... y la extraña comodidad en todo el atiendo.

Comenzó a indagar más entre el bulto de curiosidades. Encontró otras perlas, agarró las tres más pequeñas y las puso debajo de su ombligo, deteniéndose antes de iniciar su cola.

Se dirigió hacia su pareja y dio una vuelta completa, luciéndose frente a él.

—¿Cómo me veo?

—Completamente comible —contestó levantándose y acercándose a él—, te quitaría todo para poder arrojarte a la cama, pero sé lo mucho que te esforzaste vistiéndote.

Harry sonrió. Colocó su mano en la cintura del ojirojo y le acercó para regar algunos besos por toda su cara, claro, hasta que un gruñido los separó.

—Creo que tengo hambre —murmuró apenado mientras se acariciaba el estómago.

—Ya es tarde, el desayuno debería estar servido.

Harry realmente no quería salir de la comodidad que era estar encerrado en una habitación con Tom y sólo Tom, pero debía hacerlo. De alguna u otra forma, también se lo prometía al mayor. El tritón había hecho lo posible por llevarse bien con sus padres y las personas del castillo, había dado lo mejor de sí para él, lo menos que podía hacer Harry era devolverle la misma iniciativa.

Se puso frente al espejo y, después de analizar su vestuario unos momentos, asintió conforme. Le gustaba cómo se veía, se sentía... deseable.

Salieron de la habitación agarrando sus manos hasta que Tom sonrió malvadamente y lo soltó para desafiarlo con la mirada. No debía haber más explicaciones, ellos se entendían con sólo conectarse visualmente.

Hasta la profundidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora