Reencarne en... ¿¡Un PC Gamer!?

Capítulo 8: ¡La batalla contra el jefe!

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Enseguida aparece el jefe, Mork no lo duda y le lanza un pequeño cuchillo arrojadizo, el jefe nota esto y se mueve para esquivarlo, grave error.

Mork se aproxima a máxima velocidad y debido a la postura que tomo al esquivar el cuchillo, el jefe no pudo reaccionar inmediatamente, pero se recompuso y lanzó un shuriken cuando ya había un metro entre ellos. Debido a la poca distancia, el jefe supuso que Mork no podría evitarlo, pero se sorprendió al verlo usar su espada y desviarlo hábilmente.

Sin detenerse a presumir su hazaña y explica cómo lo hizo (como cualquier personaje de Shonen promedio), Mork se lanza contra su enemigo y lo golpea de lleno con su espada, una vez recibe el golpe, el jefe desaparece y reaparece al otro lado de la habitación, lugar desde el cual lanza tres Shurikens. El suelo de la habitación repentinamente se llena de trampas venenosas, lo cual limita la movilidad de Mork.

Cubriendo sus puntos vitales con la espada, Mork nisiquiera intenta esquivarlo y avanza de frente saltando y evadiendo las trampas en el suelo con gran agilidad, dos de los Shurikens son bloqueados por la espada pero el tercero impacta en su cintura, Mork nisiquiera sé detiene y sigue hacia el jefe, el cual vuelve a lanzar otro Shuriken que impacta en la pierna de Mork con la intención de detenerlo, pero esto no lo detiene, salta y lo golpea con la espada, el jefe gime de dolor y vuelve a desaparecer.

Sin perder ni un milisegundo, Mork se arranca los Shurikens y le lanza los mismos al jefe que apareció al otro lado de la habitación. El mismo nisiquiera sé inmuta y dispara tres kunai, los cuales chocan contra los Shurikens y les quitan impulso, haciendo que caigan al suelo. Mork se lanza de nuevo hacia el jefe, está vez lanza una botella de cristal que contiene un líquido morado, impacta contra el suelo cerca del jefe y explota en poderosas llamas, las cuales lo ciegan mientras le hacen un daño considerable y descuida sus alrededores.

Mork lanza otro cuchillo arrojadizo y este impacta en el hombro del jefe, esto no sería importante, de no ser por las cadenas fantasmales. El jefe es arrastrado hacia Mork a gran velocidad, el último prepara su espada y cuando el jefe está lo suficientemente cerca le da un poderoso golpe, el jefe es cubierto de escarcha en el momento y deja de moverse, Mork no desaprovecha está oportunidad y le da otro golpe, lo cual lo saca del estado congelado y se teletransporta.

Sin previo aviso, Mork siente como si le hubieran clavado muchos cuchillos en la espalda, se gira en postura de combate y ve al jefe parado ahí, listo para lanzarle otros tres Shurikens.

Mork no piensa y vuelve a tirar otra poción al suelo, está de color rosado. La cual al impactar libera un humo venenoso que afecta gravemente al jefe, pero Mork no se detiene ahí y lanza otra poción morada, la cual impacta contra el suelo, genera las llamas y las mismas reaccionan con el humo venenoso, como si fuera gas de cocina genera una poderosa explosión, cuando los rastros desaparecen el jefe ya no está y Mork suelta un suspiro, justo antes de escuchar una voz.

—Esto se está poniendo interesante— Esa vos tétrica y fría, si fuera la primera vez que Mork llega a este punto, estaría sorprendido, pero ahora sabe que el jefe siempre dice esa frase cuando pasa a la siguiente y última etapa.

Las trampas en el suelo desaparecen y la puerta por la que entró se vuelve a abrir, Mork camina hacia ella y termina en el pasillo donde comenzó, sin prisas, entra en una de las pequeñas habitaciones del lugar, se sienta y se quita su armadura.

—¡Maldición!— Al ver cuatro Shuriken y tres kunai clavados en la espalda de su armadura, Mork no puede evitar gritar de sorpresa, si está armadura no fuera tan buena, bien podría haber sufrido graves daños.

Arranca cuidadosamente cada uno de los objetos de su armadura y los ve desintegrarse en el aire, esto pasa cuando los objetos arrojadizos agotan su durabilidad. Saca una poción de sanación y la bebé, el líquido verde pasa por su garganta y se siente renovado. Se vuelve a poner la armadura y se prepara para pasar por la puerta que lleva a las escaleras del piso anterior, pero que ahora en realidad llevan a la nueva habitación del jefe.