10

1K 165 56
                                    

Izuku caminaba de un lado a otro con la cabeza echa un lío, vuelto loco. Se supone que debía ir a desayunar hace una hora, y había faltado a su desayuno con los Sultanes, también se suponía qu me debía ir a la ceremonia de anillos en la fuente.

Pero eso no era lo que lo tenía nervioso, estaba nervioso por dos cosas; Uno, lo que habia ocurrido ayer por la noche. Dos, hoy cumplía dos semanas y media de estar ahí, la boda era inminente.

Esa tarde, en pocas horas, Bakugou y Todoroki le darían anillos frente a todos sus invitados.

Se estaba muriendo por dentro, quería decir que si y quería decir que no, había otras cuestiones que lo presionaban: El misterioso asesino, sus padres, el desdén de las familias de los Sultanes hacia él, la presión de cuidar todo un reino...

Suspiró, agarrándose los rizos y jalando ligeramente de ellos.

—Señorito— Una de las criadas entró a la habitación—. Afuera está la familia Midoriya del Reino de Las Flores, piden una audiencia con usted

—Si... Hazlos pasar.

Respiró profundo, y se obligó a sonreír para recibir a sus dos visitas.

—Buen día joven Izuku— Lo saludó la señora Midoriya—. Nos alegra que nos pudiera recibir

—Me alegra a mi que estén aquí, ¿en que puedo ayudarlos?

—Tenemos un presente de bodas, un pequeño detalle adelantado— Le dijo Hisashi Midoriya, con esa escalofriante sonrisa que poseía—. Nos sería muy significativo si aceptará llevarlo en la Ceremonia de Anillos.

Izuku quería negarse a cualquier cosa que ese horrible hombre le ofreciera, pero la sonrisa de la señora Midoriya le fue imposible de ignorar.

—Seria un honor para mí aceptar su regalo.

Hisashi le ofreció una caja de madera tiernamente labrada, al abrirla, Izuku se topo con una hermosa flor de cristal que lo hizo suspirar. Tenía la forma de un Loto color rosa, las supuestas hojas tenían el característico tono verdoso, y el broche con que se sostenía era de oro puro.

—Este broche lo llevó mi hija de su boda— Le contó la señora Yuko mientras se acercaba y le ponía el broche en el cabello—. Tus ojos, son parecidos a los de ella, sería un honor verlo puesto una última vez en alguien que también está por casarse

—Gracias por su generosidad, cuidare de el con mi vida—. Le prometió el muchacho.

Apartó la mirada justo cuando Hisashi la posaba sobre él.

...

El pabellón tiernamente decorado con motivos de celebración albergaba a todos los invitados que esperaban emocionados la llegada del prometido. Al centro, sobre un atrio estában los dos Sultanes esperando en compañía de su brujo, quién debía bendecir la futura Unión y los anillos en nombre de los Dioses.

Cuando la hora se dio, observaron al muchacho llegar por la entrada del pabellón, detrás de él iban en prosecion y formación de la mayor a la menor sus hermanas.

Pará los Sultanes, no había nada más bonito que Izuku con traje de fiesta y con su cabello tan bonitamente arreglado.

Al llegar hasta el atrio un guardia lo ayudó a subir, por tradición, los Sultanes debían presentar sus respetos a la familia de Izuku con una reverencia y un regalo, y prometer que siempre cuidarían de él.

—Este cuenco de vino en honor a Hathor, la Diosa que bendice las uniones, y esta cesta de pan en honor a Qadesh quien bendecirá nuestro amor—. Bakugou se inclinó y ofreció a la familia sus ofrendas

El Principe De Las Arenas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora