«Vacío.
Sus ojos contemplan el negro deslizándose en pequeñas gotas hacia el abismo. Decae en un movimiento discontinuo, pero casi sincronizado con las manillas del reloj. En algún momento, un suave parpadeo oculta a sus ojos verdes la siguiente caída que amenaza con hundir el telón. Atrapada entre sus propias palabras y el deseo, no le queda más remedio que preguntarse qué sería de ella si no entrara en el juego de la hipocresía que danza a su alrededor.
Aún sabe cómo utilizar esa verborrea lírica que crea amistades y corrompe a los enemigos. Sin embargo, la decadencia que la rodea le da asco, le desagrada, casi tanto como el húmedo poso del filtro que contiene su primer amor.
El orgullo la conduce a un espectáculo en el que finge sonrisas que asevera con su aflautada voz mientras su alma agoniza en el declive de su interior.
Sospecha quién es, pero duda de si su inquieta virtud podrá perseverar en su camino hacia la perdición.
Divina tragedia su pobre intento de conocer a Cerbero cuando tuvo ocasión. Ahora sabe la razón por la que Caronte no le permitió subirse a su barca y le da las gracias por tan fugaz revelación.
Lo que estaba vacío se torna repleto y sus ojos claros se encienden de pura anticipación.
Retira la jarra de café de la cafetera para ahogar sus penas en el líquido oscuro mientras piensa en la estupidez humana y la falsa ficción de las sonrisas de los tartufos que se acercan a ella sin temor.
Pero ella ve más allá de su corazón.
Ve
el
vacío».
25 de julio de 2021
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Letras de medianoche ©
Poetry❝Las cicatrices que no se pueden ver son las más difíciles de sanar.❞