capítulo 14

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❝ sin dormir ❞

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Jungkook y Jimin creyeron que la paternidad sería fácil. Ellos solían ver películas americanas donde los padres dejaban a sus hijos recién nacidos en otra habitación y no despertaban hasta el día siguiente.

Pero se equivocaron. Terriblemente mal.

Los gemelos lloraban a todas horas y en donde fuera, y Jimin no entendía el porqué de la fragilidad emocional de sus pequeños bebés. Al principio se alarmó porque leyó en un grupo de Facebook que posiblemente estuviesen enfermos o algo en sus cuerpos les molestara. Por supuesto que en cinco minutos ya estaba en el consultorio del pediatra, ordenándole que curara a Jeongguk y Jungwoo.

—No hay nada extraño en los bebés —el profesional rió.

—¿Ah no? —Jimin miró confundido a sus pequeños retoños, quienes yacían en la placidez del morfeo.

—Claro que no, ellos solo se vincularon contigo. Es muy común, lo hacen con la madre, padre o ambos.

El rubio soltó un suspiro y su corazón volvió a latir con normalidad.

Cuando Jungkook fue a su departamento le comentó sobre su repentina cita al médico, al igual que él, el castaño se sintió mejor al saber que sus hijos no tenían absolutamente nada y que criaba a dos grandes bolas sanas.

—Creo que deberíamos de comenzar a turnarnos, Jimin, quiero decir, han pasado cuatro meses y necesitas volver a tu trabajo. Mamá se ha ofrecido a ayudarnos y...

Jungkook se vió interrumpido por la molesta mirada de Jimin.

—Por supuesto que no —rechaza el mayor. —Son mis hijos y estaré el tiempo que necesite estar con ellos. Algún día será el momento pero no hoy y mañana... y la semana próxima.

Jungkook rodó los ojos.

No entendía al rubio. Los gemelos habían cumplido cuatro meses, balbuceaban y le sonreían. Reconocían a sus padres. Pero Jimin se negaba a despegarse de ellos.

—Son mis bebés.

—Y míos también —recuerda Jungkook.

Sentía el mismo derecho que Jimin, tal vez no pasaba todo el día con ellos porque su carrera era ajetreada y difícil, pero todos los días —literalmente— venía a ver a los gemelos, aunque fuesen cinco minutos. Muy al contrario de Jimin, quien por fortuna se encontraba con ellos siempre.

Comprobó que el mayor era paranoico cuando sus hermanas pequeñas cargaron a los bebés y estos lloraron estrepitosamente, y este no había dudado en arrebatárselos y recriminarles si les habían hecho daño.

Le ofendió, claro. Cualquiera de su familia sería incapaz de ponerles una mano encima, ni por accidente. Entonces ellos discutieron, Jimin le gritó a Jungkook y Jungkook ardió en cólera porque no haría lo mismo que él sabiendo que este era la cosa más sensible del mundo y, por supuesto, no quería lastimar al padre de sus hijos.

Jungkook admiraba a Jimin, más que nada porque sentía la capacidad paternal del hombre tan elevada que jamás le pidió ayuda.

Pero él era el otro papá del par y era momento de hablar.

—Quiero quedarme los fines de semana con ellos —Jungkook soltó de repente, dejando de morder su lengua.

Jimin casi escupe.

—¿Qué?

—Que quiero encargarme de ellos un fin de semana...

—De ninguna manera —negó.

—Oh, por supuesto que sí. También son mis hijos, Minnie, tengo los mismos derechos que tú, y los conozco bien.

Jimin arqueó una ceja.

—Ajá, entonces dime quien de los dos es Jungwoo —señaló hacia el porta bebé.

—Já. Eso es bastante fácil, es....

Jungkook miró a sus hijos. Para su mala suerte, justo ese día iban vestidos de la misma manera.

Qué mierda.

—Es este. E-El de la izquierda, sí...

Jimin se carcajeó tan fuerte que sobresaltó a los bebés, afortunadamente no lloraron.

—Eres un tonto, Jeon —indignado, se llevó a los bebés.

Jungkook suspiró.

Sería difícil, pero lograría diferenciar a los gemelos.

Algún día.

pregnant 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora