7-. Necesidad

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Las cosas se empezaban a volver más extrañas para mí, se estaba generando un tipo de necesidad en mi interior. Hoseok comenzaba a aparecer más seguido en mi mente, haciendo alterar por completo mis emociones. Sí, mi jodida ira aumentaba a mil por momentos, pero desaparecía en cuanto lo veía.

Estaba jodidamente mal.

Su puto trabajo no hacía más que enfurecerme, pero no era nadie para criticarlo, solo habíamos jodido un par de veces, no era como si tuviéramos algún tipo de relación como para impedírselo... además de que siempre era yo quien lo buscaba, él nunca vino por mí -no es que hubieran sido tantas ¿4 o 5 veces? contando las dos primeras, claro- pero como dije todo fue por mí. Mis jodidas ganas me ganaban, por más que lo intentara siempre terminaba cediendo, yendo furioso a tomar su cuerpo.

Él nunca se negó y tampoco nunca me cobró nada. Siempre empezamos con discusiones y gritos, pero terminábamos a los pocos minutos con nuestros cuerpos pegados al del otro, gimiendo y disfrutando del placer.

Si hubiera sido por mí lo hubiera follado todo los día, pero no podía. El poco orgullo que me quedaba me impedía ir. Me negaba a mostrarme como un puto virgen desesperado por sexo -o eso era lo que quería- porque de igual forma había caído rendido dos o tres veces más.

Se preguntarán que pasó con sus malditas sesiones de sexo... no las volví a sentir, desde que le reclamé nunca más volví a escucharlo y eso me alteraba de sobremanera. Antes, aunque no me gustaba escuchaba lo que hacía, sabía que estaba en casa, pero ahora no tenía idea y eso me desesperaba.

Justo en este momento había sucumbido nuevamente y había ido a golpear su puerta- ya era pasada la medianoche- pero todo estaba silencioso. Golpeé la puerta muchas veces, mas nunca salió, lo que me dio a entender que no estaba en casa.

Seguramente quería gemir como perra en voz alta, cosa que no podía hacer ahora aquí.

Le di un golpe a la barandilla del pasillo mientras encendía un cigarro. -jodidamente que sí lo esperaría. Me quedaría aquí hasta que llegara-.

Le daba unas últimas caladas a mi cigarro cuando lo vi caminar cerca de mí. Sonreí, negando con la cabeza cuando noté su pelo húmedo –aunque lo menos que quería en ese momento era reír-. Boté el cigarro al suelo, pisándolo para apagarlo.

- ¿Taehyung? ¿Qué haces afuera a estas horas?- preguntó confundido, deteniéndose a pasos de mí.

- Fumo- le respondí de forma seca- ¿acaso está prohibido?

- No, solo me sorprende verte aquí a estas horas. No te vi nunca hacerlo- eso solo hizo enojarme más.

- Oh ¿te sorprende el encontrarme luego de volver de tu nuevo prostíbulo personal?- le pregunté acercándome, pero él se quedó ahí parado, sin inmutarse- ... Era por eso que no se escuchaba ¿verdad? ¡No podías hacerlo sin gemir como perra, así que te buscaste otro lugar!- le dije sin poder evitar el alto tono que usaba- Al menos tuviste la decencia de ducharte- le dije mirándolo casi con asco mientras tocaba un mechón de su cabello.

- ¿Y que si es así?- preguntó altanero como siempre.

Le sonreí dulcemente, pero fueron solo unos pocos segundos, porque enfurecido lo empujé, acorralándolo a la pared.

- ¡No juegues con mi puta paciencia, Hoseok!- le dije al oído mientras pegaba duramente mi pecho a su espalda- eres un puto bocón de mierda... pero recuerda que por la boca muere el pez.

- ¡No me amenaces!- me gritó- no tienes ningún puto derecho- dijo intentando liberarse, pero no lograba moverse ni un centímetro- ¡suéltame!- volvió a gritar.

Al borde del límite (Vhope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora