𝐏𝐫𝐞𝐟𝐚𝐜𝐢𝐨

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Previo aviso
Cursiva para flashbacks/recuerdos
La canción que he dejado aquí arriba es una sugerencia por si la queréis escuchar al leer esta parte.

En uno de los edificios más altos de Japón, se encontraban dos personas

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En uno de los edificios más altos de Japón, se encontraban dos personas. Más exactamente en la azotea de este bloque tan alto contemplaban en un punto fijo de la ciudad de Tokio el lugar donde se iba a llevar a cabo la disputa más importante de los mundos de la delincuencia juvenil. El mismo cielo no se encontraba tranquilo, parecía que notaba como a partir de lo que sucediera todo iba a cambiar. Las nubes pasaban rápido y el sol se iba escondiendo cada vez más. Se encontraban solas en esa gran azotea sujetándose las manos y observando las vistas.

No estaban tranquilas, la más pequeña de las dos le temblaba la mano y con la otra mano se apretaba con mucha fuerza la palma de la mano con las largas uñas que llevaba puestas. Lo único que le hacía no venirse abajo era la mano de su fiel amiga. Ella, por otra parte, tenía los ojos lagrimosos. Estaba intentando con todas sus fuerzas no llorar y concentrarse en que todo acabaría y llegarían a salvo. Pero, cada vez que pasaban los segundos más inestable se encontraba. Se aferraba a la idea de que no podía dejarse ver así enfrente de su querida amiga, porque tenía que estar bien. Tenía que confiar en ellos y enseñarle esa seguridad que estos le habían mostrado a la pequeña rubia.

Notó como esta le apretaba más la mano y la soltaba rápidamente para encenderse un cigarro totalmente nerviosa. La observaba con pena en los ojos, se veía asustada. Sabía que las dos tenían el suficiente orgullo para retener esos sentimientos de tristeza y desesperación que sentían, pero en ese momento todo este se había esfumado. Intentaba encender con el mechero el cigarrillo, sin embargo, por los nervios no conseguía atinar en prender la llama. Tuvo que buscar la pelinegra con prisa en sus bolsillos otro encendedor para no seguir viendo como su amiga seguía desesperándose. Se lo encendió mostrándole una pequeña sonrisa de ánimo, tenían que estar bien, podían confiar en ellos.

-No puedo más, necesito que esto se acabe.- Suplicó la rubia volviendo a coger la mano a su amiga, calando el cigarrillo.

Notaba como sus pulmones se llenaban de nicotina y como poco a poco iba dejando el humo salir de su cuerpo. Cerró los ojos y volvió a recordar todo lo que había pasado en ese tiempo atrás.

La tensión entre ellos era palpable, se miraban fijamente y aunque no se habían dicho todas las palabras que querían salir de sus bocas, sus ojos lo decían todo. La miel y la oscuridad café se mezclaban, estaban dejando salir todos sus sentimientos a través de las dos esferas que les permitía ver. Tanto él como ella deseaban juntarse y demostrar todo lo que sentían por cada uno, pero también existían problemas y valores que les hacía respetar esa distancia que tenían entre los dos.

-Solo quiero quererte, quiero cuidarte, quiero estar para ti en cada momento.- Las palabras que había proferido el chico de ojos miel habían petrificado a la pequeña chica.- Sé que nos quieres, no te voy a hacer escoger porque sé nos amas por lo que somos. Te quiero y es lo importante y además sabes que él es como un hermano para mí, si los tres somos felices juntos que así sea.

𝐄𝐥 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐝í𝐚𝐬 [𝐓𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora