1.

19 4 16
                                    

Ashton.

-Señor Roland, necesito que sea más especifico con las indicaciones.

Me encontraba frente a aquella universidad que probablemente era como si hubieran juntado 5 estadios de soccer en una sola. Me quedé asombrado ante la infraestructura antigua que contenía por fuera, realmente era algo hermoso. Tomé mi cámara entre mis manos cuidadosamente comenzando a grabar el alrededor de la entrada, con todos los chicos corriendo hacia estas mientras que otros se quedaban tranquilos conversando en las escaleras.

Sonreí al recordar aquellos momentos de mis primeros días en la facultad de cine, solo que aquel edificio es más pequeño que este y no habían tantos estudiantes como los hay aquí. No me sorprende ver tantos grupos de amistades que los diferencian visiblemente por sus vibras. El señor Roland tenía razón, es lo típico que se ve en las películas norteamericanas.

-Cuando entres debes ir directo a la oficina de la directora del lugar, se llama Sarah, por cierto. Ella ya conoce tu trabajo, solo debes ser un estudiante más en el lugar.

-¿Recibiré un horario especifico?

-Sí, además como tienes 21 nadie notará que no eres de ahí. Debes ser totalmente discreto, Irwin.

-Lo sé, señor.

-Muy bien, debo colgar. Cuando termine tu primer día quiero que te pases por aquí para contarme como te fue en tu primer día.

-Está bien, creo que ya debo entrar.

-Saluda a Sarah por mi.

-Claro, adiós.

Guardé mi celular con mi mano libre en el bolsillo de mi pantalón y con cámara, grabé disimuladamente mientras me dirigía hacia la entrada de la universidad. Las personas aquí al parecer no suelen ser muy curiosas o tal vez yo paso totalmente invisible entre toda esta gente rica.

A penas logré atravesar esa enorme puerta, una multitud de personas y de pasillos me atormentaron. Esto parece un laberinto. Hice una mueca preocupado por no saber para donde quedaba lo oficina de la directora, encima que hasta había un ¿perro? ¿qué hace un perro en los pasillos?

Mi cámara, que aún tenía en mano, decidí en volverla a meter en mi mochila antes de que saliera dañada. No podía arriesgarme en romperla justamente el primer día que debo presentarme aquí. Avancé de una manera lenta por los pasillos, intentando no chocar con las personas que corrían y hasta saltaban por todos lados.

Parecen animales.

Miré hacia todos lados esperanzados de encontrar algún cartel que me indicara donde está la rectoría, pero al parecer no existía o no estaba en el pasillo que yo caminaba. Gruñí frustrado devolviéndome por donde venía. ¿Cómo esto puede ser tan grande? ¿acaso ellos no se pierden?

-Eh -Alguien me toca el hombro haciéndome que me sobresaltara en mi lugar. Me volteo lentamente- ¿Quién eres tú y qué haces frente a mi casillero? -Una chica alta, bueno, tiene unos grandes tacones que tal vez sea de baja estatura; me mira incrédula mientras masca de su goma de mascar.

Desvié mi mirada hacia al lado y efectivamente estaba parado como un tonto frente a un casillero, ¿qué mejor de una chica mal educada que no es capaz de saludar primero?. Volví mi mirada hacia ella sonriéndole fingidamente.

The Film •afi•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora