Taehyung tenía miedo a la muerte, era un miedo tan profundo que por las noches no podía dormir o despertaba sobresaltado para encontrar su corazón latiendo rápido agradecido de que aún estuviera vivo. Le tenía incluso más miedo que a la soledad misma, porque la muerte siempre le quitaba lo que más amaba en la vida y lo dejaba solo de la forma más sagaz y siniestra. Sin embargo, tiene aún más miedo de que Jungkook muriera por él, por su culpa.
Despertó abrazando a Jungkook, casi aferrado al otro mientras el viento se empotraba contra la ventana y el azabache a su lado dormía con la respiración calmada, el aire gélido se colaba en su dormitorio que siempre estaba frío y lo era más en invierno. La soledad era palpable en ese cuarto poco iluminado y lleno de libros que se había esmerado en tener, sentía su cuerpo helado bajo las sábanas y se apretujó aún más al pecho de Jungkook buscando su calor.
La sola presencia del pelinegro junto a él le acariciaba el alma y le aportaba la calidez que necesitaba, era su única fuente de luz y lugar seguro, el único que no lo había abandonado y estuvo con él cuando en las noches un sentimiento de angustia se arremetía en su pecho y sólo quería llorar.Habían días grises como estos en los que Taehyung se replanteaba completamente su vida y si estaba haciendo las cosas bien, eran días donde analizaba todo y se repetía que estaba siendo irracional, donde el miedo y la incertidumbre lo consumían y sólo quería escapar. Eran días que recordaba a Kim Jaebyu. Y Taehyung de verdad esperaba que Jungkook no acabara como Jaebyu.
Muerto. Por su culpa.
Había una razón por la que siempre sobre analizara las situaciones, sea tan correcto, ordenado y tuviera todo bajo control. Esa razón había sido Jaebyu.
Jaebyu en definitiva si tuviera que personificarlo habría sido un ángel, Kim Jaebyu era pequeño, tenía curiosidad por la vida, estaba lleno de energía, era cariñoso e inocente. Y Taehyung lo había destruido por culpa de romper una promesa, en la que dijo estar siempre de su lado y no lo hizo.
La culpa lo carcomía y había deseado morir porque creía que se lo merecía. Él no era bueno. Pero Taehyung tenía miedo de morir y aún tenía miedo de estar solo, en sus pesadillas se repetía el constante lloriqueo y desesperación de su hermano, pidiéndole que no se marchase, que se quedara, que no lo matara. Luego pasaban a miradas de odio y resentimiento, miradas que lo juzgaban por no haber sido más maduro, por ser un anormal y por dejar que su hermano muriera frente suyo. Todo había sido su culpa, por ende no se merecía las miradas de lástima ajena que le daban ancianos del pueblo, no se merecía el pésame de nadie, él creía que debía pagar por sus pecados.
Quería suplicarle a Jungkook que no lo dejara nunca pero incluso entonces creía que no lo valía. Si lo hiciera, no lo culparía, incluso si tenía demasiado miedo de seguir solo y terminar siendo sólo un estorbo en la vida. Era mejor que lo dejara porque así Jungkook podría ser normal, llevar una vida feliz y lejos de él. De una carga que simplemente se acumulaba cada año.
Él sabía en todo sentido que Jungkook lo amaba, lo amaba demasiado pero eso también hacía que le doliera el corazón, Jungkook siempre querría ayudarlo incluso a reparar su propio corazón,cuando estuvo roto y perdido, él se encargó de estar junto a él, sin importar el tiempo o lo poco que Taehyung cooperaba.
Incluso cuando el propio Jungkook se encontraba perdido y sin una órbita estable, se sacrificaba por él porque le bastaba con ver la sonrisa del mayor y tenerlo a su lado. Se encargó de juntar cada pieza de su corazón y encajarla lo mejor que pudo, porque Taehyung lo había marcado y estaba seguro de que jamás podría dejarlo ir.
Pero gracias a eso se había vuelto dependiente, se dejaba de lado a sí mismo, a su propia felicidad, sus problemas e ideas, con el fin de ayudarlo a encontrar un motivo para vivir, para sonreír y ser feliz, a salir de ese hoyo profundo en el que había quedado estancado luego de la pérdida de su hermano.
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El Baúl De Los Recuerdos | KookV
FanficA principios de la década de 1920, en Inglaterra la alegría por el término de la guerra se hacía presente por todas las calles, cines y bares. La gente disfrutaba de extremo a extremo derrochando dinero y viviendo con locura. La felicidad era palpa...