A la luz del reflector ⊰ verdαd y ѕeᥒtι꧟ιeᥒto ⊱

Capítulo 5

Narra Yuuichirou:

Sé que Hilarion debe entrar en escena para demostrar quién es realmente Albrecht mostrando la espada de éste. Un acercamiento discreto para llegar al centro y una mirada a Shinoa y...

—¡Yuu-san! ¡Yuu-san! —La voz de mi mejor amiga me regresa a la realidad, pero mi entrada ha pasado e incluso he retrasado a Mitsuba, quien debía a acompañar a la primera en su dolor ante la traición del príncipe.

Avergonzado miro a Narumi tratando de darle una explicación, mas, mi garganta no genera sonido.

—Tomemos un descanso de veinte minutos —anuncia, pero yo no puedo pensar en nada más que la mirada zafiro sobre mí. Maldita sea, Mika, ¿no puedes fingir que no me conoces y dejarme en paz? Aprieto mis manos en puños conteniendo mis ganas de gritarle—. Vayan a dar una vuelta, tomar agua, no sé, caminen.

Sé lo que significa eso, pero lo que menos quiero es quedarme. Mi orgullo está herido y lo que menos necesito es una llamada de atención demasiado evidente, así que intento pretender que nada de esto es mi culpa y sigo a mis amigos a la salida.

—Yuu —me llama en cuanto detecta mis intenciones de escape—, quédate por favor.

Que me jodan. Únicamente puedo agradecerle a Shinoa por ser tan discreta y comprensiva para sacar a todos antes de que puedan llegar a preguntar algo, incluso, sospecho, que se encargó de llevar consigo a cierto rubio que no mostraba verdaderas intenciones de partida.

Frunciendo el ceño me sitúo ante Narumi y, a pesar de que lo intento, no puedo estar molesto con él. Posiblemente estoy demasiado avergonzado o todo mi enojo se ha concentrado en la misma persona que no me queda nada para el resto... Posiblemente sea eso.

—Yuu, ¿pasó algo que debería saber?

Tomo una gran bocanada de aire; ni siquiera lo miro. El "no" está sobre mis labios, pero carezco de fuerza para pronunciarlo. Definitivamente pasó algo, aunque no sé qué haría él si lo supiera... ¿podría ayudarme? No estoy seguro. Tal vez trataría de entenderme y mantener una distancia razonable entre los dos; de hecho, conociendo a Narumi, es posible que incluso tratara de adaptar su horario para darnos clases separadas o cambiar algunas coreografías. Una idea tentadoramente dolorosa.

—... —Abro la boca, casi dispuesto a contarle a grandes rasgos todo lo que pasó, hasta que me doy cuenta del obstáculo en el que me convertiría para el resto— No realmente, sólo que no dormí bien anoche.

Él me mira con una ceja alzada y los brazos cruzados. Sé que es una excusa patética, mas no me importa en realidad; tengo suficiente con el esfuerzo de estar cerca de Mika y no ponerme a llorar. Mi cabeza no tiene espacio, ni energía, para planes o mentiras enredadas... Tal vez nunca lo ha tenido y por eso no me di cuenta de lo que sucedía.

—Yuu, necesito que sepas que yo...

—Estoy bien —le interrumpo—. Narumi, sé que estás preocupado por mí, pero no hace falta. Sólo es algo temporal y pronto estaré tan bien como antes —repito las mismas palabras que le dije a mi mejor amiga esperando creerlas esta vez.

Su ceño fruncido y las manos en puños: está herido de que lo aparte de mi vida y yo lo estoy por tener que mantener distancia y resguardar mis sentimientos. Mas soy consciente de que es lo mejor; prefiero pensar en el futuro a seguir lamentándome sobre el presente. La presentación de Giselle marcará un inicio en nuestra carrera, así que no puedo arruinarlo.

—Como quieras. Tómate los quince minutos que quedan para relajarte un poco —Me palmea el hombro antes de salir y es un gesto más que suficiente para saber que está ahí para mí.