Narra Mikaela:
El recorrido a mi hogar es en completo silencio, pues, aunque quisiera hablar con alguien, o escuchar música, las voces en mi cabeza no me permitirían escuchar nada más allá de sus comentarios ácidos y burlones sobre lo cobarde que soy.
Cruzo el umbral, mi vista fija en mis pies. Dejo un par de cosas en el recibidor y, por costumbre, dirijo mi vista al comedor, del que se puede escuchar un poco de ruido, anunciando que no soy el único en casa.
—¿Mamá? —La llamo mientras me acerco al lugar, con la esperanza de encontrar a mi madre sentada allí, lista para recibirme con una sonrisa.
Mi corazón late con prisas debido al anhelo, un nudo se forma en mi garganta al imaginar que podré desahogarme y encontrar consuelo en un cálido abrazo, mis piernas tiemblan en cuanto pienso en que tendré que explicarle todo, pero la congoja de mi alma ruega por un refugio, por lo que, sin pensarlo más, cedo ante mi esperanza.
—¿Mikaela? —Mis pies quedan atados al suelo justo antes de entrar, cuando escucho mi nombre pronunciado por aquella voz grave—. ¿Ya regresaste?
—Sí, ya estoy en casa —contesto sin disimular mi antipatía luego de un leve carraspeo.
—¡Vamos, no seas tan frío! —canturrea en cuanto yo entro, fingiendo una extraña mueca que asemeja a una sonrisa, lo que provoca un escalofrío en mi espalda—. Tu madre está aquí —Con los ojos me indica a la cocina, dando explicación a su comportamiento—, deberías ir a saludarla.
En silencio le paso de largo, tratando de convencerme de que no existe y que, si lo hace, no es la pareja de mi madre.
—¿Mika? —El mote dulce de Krul llena mis oídos y mi corazón con un sentimiento agridulce— ¡Qué bueno que ya llegaste! —exclama en cuanto me tiene de frente— ¿Cómo te fue hoy?
Mi boca se llena de palaras, mi garganta de murmullos y mis labios de explicaciones. Trato de dar un trago en seco y hablar, pero me mantengo en silencio. El terror aparece sobre mi pecho y en un instante se adueña de mi mente. "Mamá, soy un estúpido", quiero decirle; mi garganta está demasiado seca, así que luego de un largo rato sintiéndome incapaz, me rindo con un simple y falso "bien".
El semblante alegre de mi madre se ve arruinado por la inquietud ante mi respuesta.
—¿Seguro? Cariño, ¿pasó algo hoy? ¿Tuviste una pelea con Akane? —Sus manos sostienen las mías de manera dulce, buscando respuestas en mi mirada.
Es increíble cómo la intuición de una madre puede ser tan certera. No he dicho nada y ella, con apenas ver mi rostro, ya puede darse una idea de que ha ocurrido algo.
Empiezo con un leve movimiento de cabeza, buscando el valor para negar y explicarme.
Mamá... ¿cómo puedo explicarte que fue más que eso? —le pregunto en mis pensamientos mientras observo la preocupación brillando en sus ojos.
—Sí... bueno, es un poco más complicado que eso —me animo a decir luego de un largo rato en silencio.
Sus cejas se enarcan y se mantiene callada esperando que continúe. Tomo aire y mantengo los labios abiertos mientras busco las palabras correctas, pero mi corazón late en mis oídos y mi garganta está llena de pavor.
—Yo... Lo que pasa es que yo...
Escucho lejano el casual carraspeo de Urd, a través de mis pensamientos y mi voz se congela. Me pregunto si ha estado escuchando la conversación, o si tan sólo se ha querido aclarar la garganta. Dirijo mi vista a su asiento, él de espaldas viendo el televisor y viejas palabras rondan mi cabeza.
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A la luz del reflector ⊰ verdαd y ѕeᥒtι꧟ιeᥒto ⊱
FanfictionSegundo tomo de A la luz del reflector. La portada actual es algo temporal :,D