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Ahora mismo, una tonta película de terror se reproducía en la televisión del pelinegro, y ellos no habían encontrado mejor opción que tirarse en el pequeño sofá de dos cuerpos en donde sus hombros se rozaban y evitaban mirarse lo más posible.

Y allí estaba Jongho, mordisqueando su mejilla interna e incapaz de prestarle atención a la película porque hasta la respiración de su mejor amigo le desconcentraba y los dedos de Yeosang estaban tentativamente cerca de los suyos. Hasta el aroma a chocolate que tenía Yeosang le llamaba y él se sentía tan nervioso que en cualquier momento diría cualquier idiotez con tal de quebrar el incómodo momento.

Ni si quiera era capaz de levantarse para ir a mojarse la cara al baño, porque el tacto de Yeosang contra su hombro era demasiado agradable y temía no poder volver a estar en una situación así sin que se viera demasiado extraño. ¿Desde cuando que le gustaba tanto que Yeosang le tocase? Ugh, definitivamente en esa semana había descubierto ese extraño gusto por Yeosang que no paraba de crecer y crecer.

"Es suficiente", Yeosang de pronto paró el filme en la televisión con el pequeño control y se enderezó, desestabilizando a Jongho quien de igual manera le copió y miró por un instante algo confundido.

"¿Suficiente de qué?¿no te gustó la película?", preguntó curioso sin comprender, sintiendo la televisión ser apagada por un alterado Yeosang quien arrojó el control remoto a la cama.

"No, de la película no, de ti", auch, eso había dolido, Jongho jamás se acostumbraba a lo sincero que era Yeosang la mayoría del tiempo y el pelinegro pudo ver que había sonado demasiado crudo y tenía una mueca inconsciente en el rostro, "Y de mi... de ambos, nosotros, algo así"

Oh, a eso iba.

Por alguna razón, aquel nosotros había sonado jodidamente bien desde los labios de Yeosang que fue imposible que Jongho no tragase saliva nervioso y con el estómago caliente en una sensación rara que no supo explicar con palabras. Era la primera vez en esa semana que ambos se miraban a los ojos por más de cinco segundos. Y era genial, porque al fin uno de los dos había tocado el tema, aunque hubiese preferido ser él. Pero estaba bien, estaban solos, podían hablar de eso, y con un poco de suerte, Jongho podría volver a besar a Yeosang.

"Nosotros", repitió, pestañeando un par de veces y con su dedo índice apuntando entre Yeosang y él, dios, sonaba realmente bien.

El pelinegro asintió, acomodándose en silencio seguramente pensando qué decir, Jongho lo conocía, y cuando miraba hacia un costado y al suelo Yeosang estaba pensando en sus palabras antes de soltarla.

"Uh, nos venimos ignorando toda la semana luego de que... me besaste y, y estoy harto", Yeosang apretó los labios, alzando los ojos hacia él y logrando que la respiración de Jongho se atascara por alguna razón.

"¿Harto... de qué?", preguntó cauteloso, Jongho lo sabía, él igual estaba harto, pero quería escucharlo, así que hacerse el desentendido no estaba mal.

"De que estemos así, no estoy acostumbrado a no hablarte o reírme contigo y... y me frustro porque me pongo nervioso y no lo sé", Yeosang se cubrió el rostro con las manos por un momento, Jongho percatándose de que tenía las orejas rojas y volviendo a lucirle adorable aquel acto que fue imposible no sonreír, "¿Por qué me besaste?"

La pregunta le tomó por sorpresa, Yeosang aún no le miraba ni quitaba las manos de su rostro, pero Jongho aún así se sintió sin habla y los nervios se apoderaron de si porque no había ninguna razón. Él simplemente tomó la oportunidad de besarlo luego de que la idea llegase como un flechazo a su cabeza. En realidad ni si quiera sabía si lo que estaba sintiendo era algo amoroso aunque le hubiese dicho lo contrario a su hermano y cuñado la semana pasada, necesitaba sacarse la confusión y el terror esa vez y solo dijo lo más acertado, pero ahora no sabía qué demonios estaba sintiendo porque era su primera vez en una situación así, todo lo que estaba sintiendo por Yeosang era tan repentino, caótico y rápido que temía que se fuera igual de rápido, y no podía tomárselo a la ligera porque se trataba de Yeosang, su mejor amigo. Aunque sonara tonto, Jongho en sus 14 años de vida no había mostrado interés o intenciones de algo amoroso con nadie, y a pesar de si haber dado besos por el torpe juego de la botella que en su salón jugaban cuando estaban aburridos, haber besado a Yeosang con total intención y ganas había sido demasiado diferente y hasta lindo.

𝑪𝑳𝑼𝑴𝑺𝒀 𝑨𝑵𝑫 𝑺𝑯𝒀 𝑩𝑶𝒀 ⸗ ʲᵒⁿᵍˢᵃⁿᵍ #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora