Jongho sintió un leve empujón por su costado mientras caminaba directo al instituto, y estuvo dispuesto a mandar a volar de un simple puñetazo a quien lo hubiese hecho porque definitivamente, esa mañana no estaba de humor. Pero cuando vio ese cabello negro y de reojo ese pétalo rosa mal maquillado en la sien de reojo, es que sus ganas de mandar puñetazos se extinguieron, porque se trataba de Yeosang, su mejor amigo hace una década, y a Yeosang le aguantaba todo.
"Hoy despertaste tarde, así que me fui al llegar a tu casa porque no pensaba llegar tarde gracias a ti, pero de alguna forma llegaste a tiempo", la risita risueña de Yeosang le hizo fruncir el ceño, le lanzó una mirada molesta, sin dejar de avanzar hacia el salón, "¿Qué te quedaste haciendo? seguro estabas viendo anime y no me invitaste", el pelinegro puchereó a su lado, casi arrastrando su mochila e ignorando a la gente que pasaba a sus lados.
"Me dormí a las cuatro de la mañana", se quejó al recibir un golpe en su brazo, y volvió a mirar mal a Yeosang.
"¡Invita para la próxima!", el mayor por dos meses se cruzó de brazos, deteniéndose frente a la puerta del aula solo para que Jongho la abriese por él y poder entrar.
"Tienes literalmente una llave de mi casa, no tengo por qué invitarte", Jongho negó con la cabeza, sentándose en su puesto y dejando caer su cabeza contra la mesa, con sueño.
"La perdí, ¿no tienes otra?", por tercera vez en cinco minutos, Jongho miró mal a Yeosang, esta vez desde la mesa y como Yeosang formaba esa ridículamente adorable sonrisita de angelito antes de dejarse caer a su lado en la silla.
"No, perdiste"
Yeosang volvió a pucherear, era tan adorable ver ese labio rosa abultarse que Jongho quería... borrarlo de alguna manera. Yeosang era así, adorable y blandito como un panecillo cuando se trataba de él, porque le tenía la confianza suficiente para actuar con su verdadera naturaleza, pero cuando se trataba de otra persona, Yeosang se volvía la persona más retraída, callada y tímida que Jongho había conocido, tanto que se ocultaba detrás de él cuando alguien se acercaba a ambos. Y en cierta parte le agradaba aquello. conocer y poder recibir esa faceta dulce de Yeosang, solo él.
Observó la sien de Yeosang, viendo el mal maquillaje que se había hecho en la zona solo para tapar esa marca de nacimiento que a Jongho tanto le gustaba, pero a Yeosang no. Durante la primaria, al no estar en las mismas aulas, Yeosang fue constantemente burlado por tener esa marca rosa al costado de su ojo, así que ahora en secundaria hacía lo posible por cubrirla, porque la odiaba y le avergonzaba en demasía.
Jongho extendió su mano hasta esa marca, y con su dedo la delineó suavemente bajo la atenta mirada de Yeosang, cualquiera que se dedicara a tocar su marca era hombre muerto, cualquiera menos Jongho.
"La maquillaste mal hoy", ante eso, Yeosang se alarmó, y alejó esa mano para taparla con sus propias.
"¿En serio?¿se nota demasiado?", miró hacia todas partes algo asustado, revisando si alguien tenía la vista fija en él aparte de Jongho.
El pelirrojo se irguió en su silla, sujetando a Yeosang por los hombros para que se quedase quieto y no siguiera desesperándose por si alguien se fijó en su marca de nacimiento. Sujetó esa muñeca y tiró de ella con algo de fuerza para poder ver el lugar maquillado, Yeosang con los ojos cerrados, siguió forcejeando un poco hasta rendirse y dejar que su mejor amigo mirase. Jongho peinó el cabello negro de Yeosang con sus dedos hacia abajo, tapando un poco más el pétalo rosa.
"Solo se nota si estás demasiado cerca como yo, pero no importa, Yeosang, es bonita, no tienes por qué cubrirla", Jongho habló, comprensivo, viendo esos ojos avellanados abrirse y dedicarle una mirada avergonzada.
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𝑪𝑳𝑼𝑴𝑺𝒀 𝑨𝑵𝑫 𝑺𝑯𝒀 𝑩𝑶𝒀 ⸗ ʲᵒⁿᵍˢᵃⁿᵍ #3
Fiksi Penggemar[사랑] Yeosang es demasiado torpe y tímido cuando se trata de Jongho - tercer libro de la saga "BOY" - no es necesario leer los demás