Capítulo 3.

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-Narra Blas-

Álvaro ya había empezado el rodaje. Cuando le entregaron el guión y leímos juntos sus frases yo estaba casi tan emocionado como él.  No le costó nada aprendérselo.

Su personaje se llamaba Jordi, y según había leído era todo un rompecorazones. No me hacía mucha gracia la idea de que tuviera que ir por ahí enrollándose con otros tíos, pero él estaba tan feliz que no me importaba nada.

Pasaba mucho tiempo ensayando en el local con los otros actores, y entre las clases y eso a penas teníamos tiempo a solas. Aunque sabíamos cómo aprovechar los ratos juntos.

Compaginar las clases con los ensayos no era fácil. Pero al menos, Álvaro ya no pensaba tanto en el juicio.

Salimos de clase y volvimos a casa.

-¿Qué te apetece comer? -Le pregunté a Álvaro mientras abría la puerta.

-Hazme un bocadillo rápido, tengo que irme.

-No puedes estar comiendo de bocadillos siempre. 

Me miró sonriendo y me besó.

-Quiero comerte a ti. -Puso sus manos en mi nuca y unió nuestras bocas.

-¿Seguro? -Sonreí en sus labios. -Soy muy poco alimento.

-Te quiero. 

Volvió a besarme y se fue a la cocina. Cogió algo de comer y se marchó. Me dejó con media erección y sin tener idea de qué comer.

Me hice algo rápido y me tumbé en el sofá a ver la televisión, pero estaba sumamente aburrido.

Se me ocurrió ir a darle una sorpresa a Álvaro. Sabía que Jake había ido varias veces a verle ensayar, y supuse que quizás le haría ilusión que fuera a buscarle.

Cogí el autobús y unos diez minutos después estaba en el local donde Álvaro pasaba horas ensayando. Me asomé a la puerta y pude escuchar su voz. 

Escuché varias voces más. Estuve un rato observando a los chicos que estaban con Álvaro, la verdad es que todos eran realmente guapos. 

Cuando les vi acercarse a la puerta me alejé un poco.

-¿Qué haces aquí bebé? -Álvaro me abrazó y me apartó del resto.

-Estaba aburrido en casa, y bueno...

-¿Qué te ha parecido?

-Me parece... Que eres el mejor. -Sonreí y le besé.

-Nos vemos, Álv. -Dijo un chico acercándose y dándole la mano a Álvaro.

Cuando le vi mi sangre se me heló la sangre. Éramos realmente parecidos. Él era más corpulento que yo, y parecía mayor, pero algunas de nuestras expresiones faciales eran muy parecidas.

Le dije a Álvaro lo mucho que había alucinado las siguientes tres horas, a lo que él no paraba de reír.

Pero cuando llegamos su  rostro cambió por completo, su madre nos esperaba en la puerta de mi piso.

-¿Qué pasa? -Álvaro se acercó a ella y la abrazó.

-Tu padre ha estado hoy en casa. -Álvaro le limpió las lágrimas con el pulgar. -Y... Me ha... Me ha amenazado.

La madre de Álvaro rompió a llorar y él la abrazó. Me partía el alma verles así. 

Abrí la puerta de casa y nos sentamos en el sofá del salón. La madre de Álvaro nos dio algunos detalles más de la conversación. Podía notar la furia de Álvaro en su forma de respirar y apretar las manos.

Cuando su madre terminó de hablar él se levantó y se marchó. No dijo nada más.

Comenzaba a anochecer y no volvía. Le ofrecí a su madre una cama en una habitación libre del piso y la aceptó. 

Unas horas después de que se durmiera, Álvaro apareció con el labio partido.

-Tiene otro hijo. -Sus ojos estaban rojos, y su labio no dejaba de sangrar. -Maldita sea, Blas... Tiene otra familia.

-Ven aquí... -Abracé a Álvaro. -¿Dónde has estado?

-He ido a buscarle... Lleva años engañando a mi madre. Incluso antes de que mi hermana naciera. ¿Sabes lo que significa eso?

-Que tenéis más a vuestro favor en el juicio...

-Exacto. -Volvió a abrazarme con fuerza. 

-Ven, te curaré eso. -Puse el dedo sobre su labio y soltó un pequeño gemido.

Agarré algo de algodón y agua oxigenada y le limpié y desinfecté la herida con cuidado.

-¿Quién te ha pegado?

-Su hijo... Según él me lo merezco por maricón. -Agachó la cabeza.

-¿Estás bien? -Pregunté acariciando su pelo.

-Sí, no le necesito. Te tengo a ti...

Se acercó a mí y me besó con suavidad, quejándose por el dolor pero sin apartarse de mí.

-Vayamos a dormir, lo necesitamos. -Susurré en su oído.

-Pero tengo ganas de... -Me mordió el labio inferior y tuve que apartarme de él.

-Tu madre duerme en la habitación de ahí. -Susurré señalando una puerta. 

Álvaro rió y agachó la cabeza. 

-Buenas noches, entonces. -Susurró y se dirigió a la habitación.

The secret of your eyes |blávaro| (Secuela de TSOYS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora