➺ 𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 7

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Allí estaban ambos omegas metidos con el dominante alfa dentro de una hermosa oficina con paredes de cristal. El aroma de los tres se mezclaba en el ambiente, aunque en menor cantidad el de Gulf, éste era demasiado débil y neutro en comparación al de los otros dos.

Los tres hombres se observaban sin hablar, después de que Suppasit les dijo como podían dirigirse a él, ninguno de los jóvenes hizo alguna observación extra sobre el tema.

—Si no hay más por discutir, los llevaré con Vicky para que los guie a sus respectivas áreas— habló el alfa reincorporándose en su asiento y soltando un leve suspiro.

En cuanto vio esa acción, Mild se puso de pie de inmediato. De alguna u otra forma, el alfa de ese hombre lograba ejercer cierto poder sobre él, y aunque no reaccionaba erizado, había algo que lograba incomodarlo. Por su parte Gulf se miraba más sosegado. No parecía tener interés alguno en lo que mostraba la otra persona, y esto era algo que agradecía el mayor de los omegas.

—Muchas gracias señor Suppasit; — musitó Gulf levantándose al final —Gracias por darnos un poco de su tiempo.

—Suppasit es más que suficiente— rio con la cabeza gacha el alfa mientras rodeaba su escritorio para quedar a la altura de los estudiantes.

Se quedó parado a un costado de ambos con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Tenía un porte espectacular, físicamente altísimo y piel relativamente clara, de cabello castaño oscuro y ojos marrones. Era como mirar a un Matt pero en versión alfa allí, o al menos así lo creía Mild.

—Entonces, los acompaño a la entrada— sonrió pasando por la espalda de ambos chicos sus manos.

Mild seguía anonadado con la actitud de su amigo, no entendía por completo, de verdad, cómo era que Gulf se notaba tan despejado, siendo que no hace mucho estuvo metido en un percance.

—Vicky— habló fuerte Suppasit para que ésta lo escuchara desde su escritorio.

En cuanto hubo pronunciado su nombre, la chica alzó ambas orejas y dejó de lado lo que estaba haciendo para correr con su jefe y los chicos.

—Para que soy buena señor Suppasit— dijo entre risas aun limpiándose la boca de las morusas que el pan le había dejado en los labios.

—Cuantas veces te he dicho que no debes comer en tu área de trabajo— su semblante seguía siendo el de una persona tranquila, sin embargo, más que recomendación, sonaba a sentencia.

—Lo siento señor Suppasit, pero la verdad es que tenía mucha hambre.

—Está bien, por esta vez lo dejaré pasar, que se repita nuevamente. – era algo muy hilarante. No era la primera vez que le decía algo así y lejos estaba de ser la última.

—Sí señor— hizo un ademan de saludo militar, lo cual sacó unas cuantas risas del dominante.

Y así era su amistad, era algo que no demostraban mucho dentro de la empresa, pues no querían que con el tiempo eso les trajera problemas. Sin embargo, siempre hubo respeto entre ambos y eso era algo que los seguía manteniendo unidos, aun si eso significaba fijarse en la misma persona.

Alguna que otra vez, ambos se interesaron en un mismo omega, pero al momento de conquistarle jamás se pelearon por conseguirlo. Al contrario, solían darle su lugar al prójimo y sabían bien que la decisión era cien por ciento tomada por éste. Si la otra persona prefería a uno antes que al otro, el alfa que quedaba solo no era quien para entrometerse en esa relación. En su lugar, ambos recurrían a arreglarse y crear normas para poder ser un gran apoyo a la nueva pareja, formar un ambiente tranquilo, hostil y cómodo tanto para ellos como para el omega en cuestión.

✧❅ Vidas Cruzadas ❅✧  ||  ᴹᵉʷᴳᵘˡᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora