Beautiful Smile (YAOI)

Capítulo V - Acercamiento

Aquel día la sorpresa había invadido al juvenil equipo de Hamburgo, todos creían haber escuchado mal la alineación que su entrenador tenía contemplado utilizar para el próximo partido que jugarían en poco menos de dos semanas. Aun crédulos, pidieron una repetición. Repitiéndose, el mayor anuncio cada una de las posiciones hasta llegar a aquella que parecía estar siendo difícil de creer—. En la portería estará, Benji Price.

Dos veces lo había escuchado, y ni así lograban creerse lo que escuchaban. Por su parte, para Benji tal anuncio le parecía tan irreal, sería su primera vez jugando un partido oficial desde su llegada a Alemania, hasta el momento solo había estado sentado en la banca. Distribuyéndose por la cancha, el equipo de Hamburgo comenzó a realizar algunos estiramientos. Schneider y Kaltz decidieron retirarse junto a Benji a un costado de una de las porterías para efectuar su calentamiento, además de hablar sobre el anuncio del entrenador.

—Finalmente vas a poder jugar un partido oficial —comento Kaltz mientras realizaba algunas flexiones—. ¿Te sientes preparado?

El azabache asintió mientras sentía como Schneider le hacía algo de presión sobre la espalda para ayudarlo a flexionarse hasta donde su cuerpo pudiera alcanzar—. Más que nervioso, estoy deseando que ya sea el día del partido.

Schneider, escuchando la animada voz del nipón, se sentía contento, Benji realmente había mejorado mucho desde su llegada, y aunque se estaba tratando de hacer de sustituto para el portero titular que se había lesionado en el último partido, cualquier oportunidad que Benji pudiera tener para demostrar su capacidad le serviría para demostrar que tenía lo necesario para convertirse en titular. Mirando hacia donde estaba el resto del equipo, Schneider poco tardo en identificar que nadie parecía estar de acuerdo con la participación de Benji, quien más parecía desaprobar tal decisión era Marcos, que, de cierta forma, era quien normalmente se ocuparía de reemplazar a Albert, pero su rendimiento no había estado siendo el más apropiado. Diferente a él, Benji si había estado entrenando y esforzándose en cada uno de sus entrenamientos, lo cual por fin estaba empezando a dar sus frutos.

El entrenamiento de aquel día transcurrió en una tensa atmosfera que continuo hasta el momento en que todos se encontraban en los vestidores. Mientras cada uno se encontraba cambiándose, Schneider y Kaltz procuraban no perder de vista a Benji. Durante la practica pudieron notar que todos sus compañeros fueron mucho más agresivos con sus tiros, incluso en dos ocasiones hicieron jugadas que podrían haber terminado en lesión.

—¿Benji, te parece si vamos a comer algo juntos?

—¿Eh?

Para Kaltz la repentina invitación de Schneider no había sido simplemente por decirla, sino que estaba siendo un intento del rubio por proteger a Benji, de impedir que este se quedara mucho más tiempo junto al resto del equipo—. Escuche que abrieron un nuevo restaurante, ¿Te animas? —inquirió, juntándose al plan de Schneider.

—Yo pensaba entrenar un poco más en...

—P-podemos ir luego de comer —dijo Schneider interrumpiendo a Benji y evitando que fuera a revelar en donde efectuaban sus entrenamientos nocturnos, sería peligroso si cualquiera de sus compañeros obtenía información sobre las actividades del nipón.

Sin poder negarse, los tres, entre miradas asesinas, se fueron hacia el restaurante que Kaltz había mencionado. Pasar tiempo juntos luego de sus entrenamientos había terminado por unir a Benji, Schneider y Kaltz en una amistad similar a la que el nipón sostenía con sus amigos de Japón, algo que le hacía sentir contento. Para los dos alemanes, realmente era disfrutable el tiempo que pasaban junto a Benji, era como si dicho chico tuviera algo que les ofrecía gran tranquilidad. Mientras comían, tanto Kaltz como Schneider hicieron su tarea y ayudaron a Benji a repasar un poco más su alemán. Seguía resultándoles sorprendente lo rápido que el azabache había mejorado, pues ya hablaba mucho más fluido, para alguien que ni siquiera llevaba seis meses viviendo en Alemania, era motivo de elogio que lograra dominar el idioma en un periodo de tiempo tan corto.