Capítulo I - La llegada del Sol Naciente

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Fue temprana hora de la mañana, el equipo juvenil de Hamburgo había sido reunido para dar la bienvenida a su más reciente integrante, que un nuevo jugador fuera a incorporarse resultó ser un rumor más que real. Todos habían visualizado como habría de ser su nuevo compañero al tiempo que se preguntaban de donde procedería, sus expectativas habían aumentado tanto cuando vieron a quien habría de ser su nuevo compañero no pudieron más que evitar sentirse como meros idiotas.

Ahí, parado junto al entrenador, se hallaba un joven de orbes esmeraldas en cuya mirada podía lograrse distinguir donde terminaba un enigmático y, apenas leve, nerviosismo contra unas notorias ansias por poder brincar a la cancha para dar comienzo al entrenamiento, ni siquiera mostraba algo de interés por presentarse a sus compañeros. Siguiendo las formalidades, el entrenador hizo las presentaciones acostumbradas, para todos fue notorio lo verde que su nuevo compañero parecía encontrarse con respecto al alemán, pues durante su presentación su nipón integrante hizo una extraña combinación de inglés y alemán, así como apenas poder darse a entender.

Dando comienzo al entrenamiento de aquel día, el entrenador dividió a los jugadores en dos grupos. Para el grupo B, fue algo desagradable deber entrenarse con su recién llegado compañero, no era desconocido lo pésimo que aquel país no poseía una fama reconocible en cuanto a fútbol, más por esa fama continua de siempre quedarse en clasificatorias y jamás conseguir ir más allá. Mientras efectuaban breves calentamientos, entre ellos se susurraban pequeñas burlas y comentarios sobre su nipón compañero que solo les dirigía confusas miradas cuando sentía que lo estaban viendo demasiado.

Llegado el momento en que debían practicar sus tiros, fue cuando finalmente se desveló cuando "talentoso" era su nuevo guardameta. Pese a su aparente esfuerzo, su nuevo compañero fue incapaz de siquiera reaccionar a los tiros, que para ellos eran considerados, fáciles. Tras un exhaustivo entrenamiento finalmente el entrenador se decidió a salvar a su nuevo integrante del infierno en que terminó metido. Haciendo a todos retirarse, el mayor decidió aproximarse a un agotado Benji Price, qué tumbado dentro de la portería, respiraba con gran agitación y sin fuerzas para conseguir levantarse—. ¿Muchacho, te encuentras bien?

Regulando su respiración, Benji realizó breves respiración que pudieran ayudarle a reunir algo de fuerza, consiguiéndolo tras un par de segundos—. Sí... —respondió entre estrepitosos jadeos que poco a poco fueron disminuyendo su intensidad—... yo... recogeré...

—No te esfuerces, hoy fue tu primer día —para el mayor no pasó desapercibido cuán agresivos habían sido sus jugadores con su nuevo compañero, aquello era evidente con tan solo ver los ligeros moretones en el rostro de este y el estado en que había terminado su ropa, sin duda no fue el primer día que el menor quizás estuvo imaginando—. No es necesario que lo hagas.

Reponiendo fuerzas, Benji insistió y logrando ponerse en pie se dirigió a recoger todos los balones que se hallaban esparcidos por toda la cancha. Soltando un suspiro, el entrenador permitió al menor hacer lo que deseara, cuando acepto recibir a dicho chico entre sus jugadores, tuvo oportunidad de interactuar con quien había sido el entrenador personal del menor que le puso al tanto del carácter y actuar de Benji. Suspirando, antes de abandonar el recinto pidió al encargado esperar a que el menor terminara.

En los vestidores las conversaciones tenían como centro a Benji, todos los jóvenes jugadores del Hamburgo no contenían sus más auténticos pensamientos sobre cuán horrible jugador era su nuevo compañero, sus comentarios eran tan despectivos que incluso llegaron a criticar el aspecto de Benji. Entre ellos, Katz escuchaba todo en silencio, para sus adentros pensaba si todo sería como el resto del equipo pensaba, pese a que no fue capaz de detener un solo balón, su nipón compañero poseía buenos reflejos, aun si reaccionaba tarde, se dirigía hacia donde el balón parecía irse, merecía recibir algún mérito por al menos intentar detener los tiros sin tener miedo pese a la potencia con que estos eran efectuados.

Beautiful Smile (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora