Capítulo 1 [Editado]

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Ya es hora. 

La chica de blancos cabllos mira con imaciencia el escuálido reloj colgado de la insulsa pared. Sentia que el tiempo pasaba demasiado tiempo. 

Pronto, muy pronto, le dará la única oportunidad que tienen para huir. 

Chisaki, aquel malvado hombre que experimenta con las hermanas, cada semana sale durante exactamente una hora para atender algunos asuntos, lo cual les abre una ventana para poder escapar. 

Cuando el reloj al fin marca las doce del medio día, la mayor escucha comola puerta principal se abre y segudos después, se cierra, indicando la salida del hombre. 

La peliblanca se queda durante 60 segundos enteros escuchando, para asegurarse que el tipo no volviera. Traga saliva con fuerza y toma la mano de su hemana menor. Corre hacia la puerta sin mediar palabra, la abre y atraviesa el camino del antejardín a pie descalzo para poder huir.  

La cabeza de la peliblanca se asoma a la calle y vigila los alrededores, nunca está de más asegurarse de que aquel monstruo no esté cerca. 

Cuando se asegura de que Chisaki ya se encuentra lo bastante lejos, toma a Eri en brazos y sigue corriendo hacia un callejón, que da desde la casa de las niñas hacia el centro de la ciudad. 

Antes de que siga el plan, la mayor deja a su hermana en el suelo y le arregla el cabello. Sus manos tiemblan, pero intenta ocultarlo. La menor no entiende nada de lo que está sucediendo, solo se deja guiar y llevar por su hermana. 

—Escuchame bien, Eri. Ahora debes correr por el callejón y cuando llegues a la calle principal, intenta encontrar un héroe ¿Entiendes? —explica calmada, transmitiéndole seguridad a la menor—. Este es mi plan para escapar ¿Bien? No debes detenerte por nada del mundo, y yo estaré siempre detrás de ti. Cuando encuentres el héroe, dile lo que ocurre acá. 

Eri asiente y comienza a correr por donde su hermana le dice. La mayor suspira entrecortado, sintiéndose más calmada. Pero por instinto, mira hacia atrás de reojo y siente una presión en su estómago, casi como si se le cayera a los pies. 

A unos pocos pasos de donde ella se encuentra, Chisaki está de pie, observándola con un gesto sombrío, y con esa pesada mirada que ella temía y despreciaba con la misma intensidad.  

—¿Qué haces acá afuera? —pregunta el hombre mientras se cruza de brazos. 

—Necesitaba tomar aire fresco —la chica sonríe con inocencia, como si jamás, ni por un segundo, hubiera pensado en escapar. 

Si en algo era excepcionalmente buena esa joven chica, era en esbozar preciosas pero falsas sonrisas que engañarían a cualquiera. 

A cualquiera, menos a él. 

—¿Y Eri? 

—Está dentro, jugando —lleva sus manos a su espalda, para poder apretarlas y disimular el temblor ansioso. 

—Tu nunca dejas sola a tu hermana. 

El tipo no estaba creyendo en su mentira. Para nada.

Después de años de criar a ambas niñas, él conocía a la perfección las manías de cada una, y sabía lo falsas que eran esas bonitas sonrisas ¿Y cómo no? Si había sido él quien le había enseñado a ocultar cualquier dolor detrás de una bonita y llamativa sonrisa, que encandilaban a los distintos invitados que de vez en cuando recibía Chisaki. 

La examinó de pies a cabeza, con una ceja alzada y con excepticismo. Rápido cayó en cuenta de lo que estaba sucediendo realmente, su cara cambió completamente y apretó los puños.

La hermana de Eri [BNHA x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora