Capítulo 8

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–Eri, necesito que me digas nuevamente qué pasó ahí dentro –habla Shota con calma. 

Y es que estaba intentando explicarse como fue que activó su don, ya que no podía hacerlo por su propia voluntad.

¿El ver a su hermana así lo había provocado? 

–Ya le dije como fue –la voz de Eri se notaba cansada y triste–. Me acerque a ______-neechan, y cuando comencé a pedirle perdón, mi cuerno se encendió. 

La pequeña estaba confundida. 

No sabía que había hecho mal, pero por algo ahora Shota la estaba interrogando de esa manera. 

–Esta bien, Eri... Ve a jugar con Mirio. Yo tengo que hablar con los doctores.

Eri, desganada, se va con Mirio mientras un doctor se acerca a Shota. 

–Tenemos noticias –dice el doctor.

–¿Buenas o malas? 

–Solo noticias –suspira con pesadez el doctor–. El don de la niña ayudó un poco con el tratamiento al que la paciente está siendo sometida. Lo malo, es que es muy doloroso para ella. Literalmente está sintiendo como sus carnes se contraen y recogen. 

Shota hace un gesto de dolor con solo imaginarse lo que la niña está pasando. 

–¿Y qué pasará ahora? 

El doctor se queda en silencio unos momentos, luego suspira. 

–Creo que el don de la niña, Eri, podría ayudar en este caso. Podría llegar a recuperarse casi del todo. 

Shota ve una luz de esperanza, aunque no muy fuerte. 

–Pero ella no sabe ocupar bien su don, apenas está aprendiendo a usarlo. 

El doctor hace una mueca de disgusto con los labios. 

–Pero es una opción –dice Shota, analizando fríamente la situación–. Podría ser una buena oportunidad para que Eri entrene su don. 

El doctor asiente. 

–Y no hay que preocuparnos por el tiempo, ______ ya está un poco más estable. 

Shota sonríe de lado, aliviado. 

Entonces, se pone manos a la obra. 

Habla con los héroes y sus alumnos para planear su siguiente paso. 

El grupo de profesionales, decide dejar que Eri ayude con el tratamiento de su hermana; siempre y cuando ella quiera y se sienta cómoda, y si es que este tratamiento no le hace mal a ella. 

Ese día por la tarde, Shota va con Eri y le explica cuidadosamente toda la situación. 

–¿Entonces... puedo salvar a mi hermana? 

Eri estaba emocionada y asustada en partes iguales. 

Podía ayudar a su hermana con su don, pero por otro lado, ella no sabía controlarlo bien ¿Y si se descontrolaba? ¿Y si en vez de ayudarle le hacia daño? ¿Y si terminaba todo peor por su culpa? 

–Si tienes miedo es normal. 

–Creo que... podría hacerle daño si no lo hago bien –murmura la niña. 

–Tranquila, para comenzar, entrenaremos tu don. Ayudarás a lagartijas y animalitos pequeños. Luego, comenzaremos a utilizar tu don para sanar a ______. 

Eri sonríe agradecida. Sin pensárselo mucho, se abalanza a los brazos del adulto. 

Shota, sorprendido por la reacción de la niña, la abraza fraternalmente. 

La hermana de Eri [BNHA x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora